
Investigación
Descubren una nueva causa del aumento del cáncer en menores de 50 años
El mayor estudio internacional sobre el tema apunta a factores que también están presentes en los casos de adultos mayores

En las última década, la evidencia sobre el aumento de diagnósticos de cáncer en personas menores de 50 años ha copado portadas de medios de todo el mundo y ha llenado páginas de revistas científicas. Colorrectal, mama, tiroides, riñón, endometrio o páncreas son algunos de los tipos de tumores cuya incidencia, según las estadísticas, se ha disparado en adultos jóvenes, sobre todo en países como Estados Unidos. Pero ¿se trata realmente de un fenómeno nuevo, limitado a las generaciones más recientes, o estamos ante un aumento global que también afecta a los mayores?
Un nuevo estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine ofrece una visión mucho más prudente - y, en parte tranquilizadora- de lo que está sucediendo. Investigadores de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) analizaron la evolución de la incidencia de 13 tipos de cáncer en 42 países durante 15 años, comparando lo que sucede en menores de 50 con lo que pasa en los mayores. Su conclusión es clara: la mayoría de los cánceres que crecen en los jóvenes también están aumentando en los adultos mayores, lo que sugiere que las causas son compartidas y no específicas de una generación.
Factores comunes
En la investigación más completa hasta la fecha de este fenómeno, los científicos examinaron registros nacionales de cáncer de alta calidad entre 2003 y 2017, centrando la mirada en aquellos tumores cuya incidencia había aumentado en personas jóvenes. Encontraron que en más del 75% de los países analizados, los casos de cáncer de tiroides, mama, colorrectal, riñón, endometrio y leucemia aumentaron tanto en jóvenes como en mayores. Solo uno, el colorrectal, mostró un crecimiento claramente más acusado en el grupo de menores de 50 años.
Esta observación cambió el foco del debate ya que si los aumentos no son exclusivos de las generaciones más jóvenes, es menos probable que estemos ante una “nueva epidemia” causada por factores emergentes desconocidos. Más bien el incremento podría deberse a factores de riesgo comunes a toda la población, como la obesidad, la alimentación poco saludable, el sedentarismo o la exposición a contaminantes.
La obesidad, el principal enemigo
Aunque el trabajo no demuestra causas directas, los autores subrayan un patrón: los cánceres que más crecen -endometrio, riñón, mama o tiroides- son, precisamente, los que más se relacionan con el exceso de peso y los trastornos metabólicos. En los últimos 40 años, la obesidad se ha disparado en todo el mundo y hoy afecta a más del 40 % de los adultos en algunos países desarrollados.
El aumento progresivo de grasa corporal podría estar creando un terreno fértil para el desarrollo de tumores, tanto en jóvenes como en mayores. Como señalan los autores, no hay una "nueva causa misteriosa" que afecte a los nacidos después de 1980, sino una prolongada exposición a estilos de vida poco saludables que está pasando factura a toda la población.
El cáncer colorrectal, la excepción
Donde sí parece haber algo distinto es en el cáncer colorrectal. En el 70 % de los países, los menores de 50 años mostraron un aumento superior al de los adultos mayores. Los investigadores plantean que parte de esta diferencia podría explicarse porque los adultos de más edad están cubiertos por programas de cribado -colonoscopias preventivas- que permiten detectar y eliminar pólipos antes de que se conviertan en cáncer. Los jóvenes, en cambio, suelen quedar fuera de esas revisiones, de modo que los casos avanzados terminan detectándose más tarde.
También podrían existir factores adicionales aún no del todo claros: cambios en el microbioma intestinal, el consumo elevado de ultraprocesados, la falta de fibra o incluso la exposición a antibióticos en edades tempranas.
Más allá de los matices técnicos, lso investigadores lanzan un mensaje importante: la subida del cáncer entre los jóvenes no es un fenómeno aislado ni inexplicable. Es parte de una tendencia global que refleja cómo los estilos de vida modernos están influyendo en la salud de todas las edades.
Por eso, insisten en que la prioridad debe ser la prevención universal, no solo la atención a los más jóvenes: mantener un peso saludable, hacer ejercicio de forma regular, limitar el alcohol, no fumar y seguir una dieta rica en frutas, verduras y fibra. En palabras de los autores, el objetivo no es restar importancia a la preocupación por el cáncer precoz, sino ponerla en contexto. Entender qué está detrás del aumento generalizado puede ayudarnos a frenar una tendencia que, aunque no exclusiva de los jóvenes, sí amenaza con convertirse en el gran desafío sanitario del siglo XXI.
Por otro lado, la cara positiva de esta investigación son los datos sobre que las tasas de incidencia de tumores con menos recursos terapéuticos efectivos (como el cáncer de hígado, oral, esofágico y de estómago) se redujeron a la mitad en adultos jóvenes en más de la mitad de los países estudiados, lo que contradice informes previos.
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