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Cáritas ayuda a más de 15.000 personas a encontrar un empleo
El pasado año, Cáritas invirtió 47 millones de euros en actividades de economía solidaria
Durante 2015, han participado 72.493 personas en las diferentes acciones de empleo, formación y economía social de Cáritas. De ellas, 15.348 personas han conseguido trabajo.
En vísperas del Primero de Mayo, la Confederación Cáritas rinde cuentas de la intensa actividad desarrollada por las 70 Cáritas Diocesanas de todo el país en uno de los ejes prioritarios de su respuesta a la pobreza, la desigualdad y la excusión: la inserción laboral de las personas en situación más precaria. En esta ocasión, y como respuesta a la apuesta clara por la economía solidaria expresada en la última Asamblea General de Cáritas para hacer posible, en palabras del Papa Francisco, “decir no a una economía de la exclusión y la inequidad”, se ha presentado hoy en Madrid el Informe de Economía Solidaria 2015, que se publica bajo el título “Economía y Personas. Cambiando el foco, cambiamos los resultados”
El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora; el coordinador del Equipo de Economía Solidaria de Cáritas, José Luis Pérez Larios; y la técnico comercial de “Viveros El Sembrador”, de Cáritas Diocesana de Albacete, Laura Puerto, han explicado ante los medios de comunicación las iniciativas que la Confederación Cáritas ha desarrollado durante 2015 para favorecer una economía centrada en las personas. El Informe de Economía Solidaria de Cáritas aborda cuatro ejes de actuación: la generación de empleo inclusivo para las personas más vulnerables, el apoyo de iniciativas de economía social, la actividad de comercio justo y el impulso a las finanzas éticas.
Durante 2015, han participado 72.493 personas en las diferentes acciones de empleo, formación y economía social que desarrolla Cáritas en todo el Estado. De ellas, 15.348 personas (el 21%) han conseguido acceder a un puesto de trabajo: esta tasa es la más elevada de los últimos nueve años.
El proceso de acompañamiento en la búsqueda de empleo que realiza Cáritas de manera personalizada con cada una de estas personas tiene varios escenarios, ya se trate de orientación laboral, de intermediación, de formación o de autoempleo. De total de personas acompañadas, 53.409 personas participaron en los servicios de orientación laboral, mientras que los servicios de intermediación atendieron a 19.485 personas. Asimismo, se desarrollaron 594 acciones formativas, gracias a las cuales 17.779 personas pudieron mejorar su formación laboral. Además, otras 562 personas accedieron a las acciones de autoempleo y se pusieron en marcha 64 iniciativas de autoempleo.
Las personas que participan en las acciones de empleo y formación de Cáritas continúan siendo mayoritariamente mujeres, que son un 63% del total, ante un 37% de hombres. En cuanto a la procedencia de los participantes, 2015 confirma la tendencia iniciada en 2010: el 53% de las personas acompañadas son españoles mientras que el 47% son de origen extranjero. Las personas españolas atendidas han pasado de un 25% en 2009 a un 53% en 2015.
De las 34.107 personas inmigrantes atendidas, casi el 81% (27.559 personas) proceden de países extracomunitarios. Por edades, continúa subiendo el número de personas entre 35 y 44 años, que suponen el 31%. Pero el mayor aumento se da entre las personas mayores de 45 años, que en 2015 alcanza el 30%.
Si analizamos el nivel de formación, el 49% de las personas únicamente cuentan con estudios básicos (estudios primarios finalizados o sin finalizar) y sólo el 25% han alcanzado estudios secundarios.
Una dimensión fundamental para la construcción de una economía solidaria desde Cáritas está en el fomento de iniciativas de economía social, que, con un recorrido de más de 30 años, siempre han estado íntimamente vinculadas con las acciones de los programas de empleo, como una herramienta que favorece la creación de empleo social.
En la rueda de prensa, Laura Puerto aportó su testimonio personal en la empresa “Viveros El Sembrador”, ejemplo de este tipo de iniciativas económicas realizadas por empresas sin ánimo de lucro, cuyo objetivo prioritario es la generación de empleo social, donde rige la primacía de la persona y del fin social sobre el capital.
En 2015, el número de entidades de economía social en Cáritas fue de 45, lo que indica un incremento continuo desde el año 2013, cuando eran solo 37. En el último año se crearon dentro de estas entidades 480 los puestos de inserción, que suponen un incremento de 111 respecto a 2014. A ellos hay que sumar 605 puestos de trabajo ordinarios, con lo que suman 1.085 puestos de trabajo los que nuestras entidades de economía social ofrecen al mercado laboral.
Otro de los ejes de Cáritas en el modelo de economía solidaria es el comercio justo, que supone una opción clara por un modelo económico y comercial que se fundamente en el respeto a la dignidad de las personas y unas relaciones comerciales internacionales justas y equitativas.
Más allá de la comercialización de productos, el comercio justo tiene como objetivo visibilizar a las personas y los procesos que están detrás, visibilizar el papel del comercio justo en la construcción de un mundo fraterno y solidario, animar y acompañar a la comunidad, fortalecer los productores locales y priorizar las relaciones directas Norte-Sur.
Cáritas trabaja el comercio justo a través de su Red Interdiocesana de Comercio Justo (RICJ), compuesta por 28 Cáritas Diocesanas. Actualmente, funcionan 30 tiendas y 32 puntos de venta en toda España. Son espacios solidarios donde, además de la comercialización, se favorece la sensibilización sobre las relaciones comerciales existentes y las comunidades productoras de Cáritas Bangladesh, Cáritas Jerusalén, Cáritas Mauritania o Caritas Bolivia. En muchas de ellas, los productos de comercio justo comparten espacio con otros artículos procedentes de la economía social, como artículos de segunda mano, reciclados, ecológicos, biológicos, agricultura local y artesanías locales o de pequeñas cooperativas del Sur.
El total de ventas de productos de economía solidaria en Cáritas fue de 1.057.425 euros en 2015. De ellos, las ventas de comercio justo fue de 497.221 euros (un 47% del total) y 560.204 euros (53%).
Un modelo de economía solidaria necesita basarse también en un sistema financiero que ejerza una actividad económica compatible con la ética y que no genere desigualdad, exclusión y pobreza. Para ello, el dinero debe ponerse al servicio del bien común, de la justicia y de las necesidades de las personas. Cáritas apuesta así por las finanzas éticas como uno de los instrumentos con mayor capacidad de transformación de la sociedad. Las finanzas éticas garantizan a los ahorradores que su dinero se está invirtiendo en actividades y proyectos que buscan el desarrollo de las personas, la redistribución de la riqueza y la protección del medio ambiente, en cualquier lugar del planeta.
En esta misma óptica se enmarca la colaboración empresarial que impulsa Cáritas para animar a todas las empresas a que sean sensibles con las situaciones de injusticia social y a que se unan a su misión de construir un mundo más justo y solidario. Cáritas se relaciona con las empresas con tres objetivos fundamentales: Concienciar a los directivos y empresarios sobre el impacto que sus decisiones pueden tener, y colaborar para que sus actuaciones se inspiren en los principios de la economía solidaria; sensibilizar a los grupos de interés de la empresa sobre la realidad que viven las personas excluidas, tanto en nuestro país como en los países más desfavorecidos; y lograr el apoyo empresarial para reforzar la acción y la gestión de Cáritas.
Todo el trabajo que Cáritas realiza en el ámbito de la economía solidaria es posible gracias al apoyo de las personas que comprometen su servicio y tiempo: en 2015, fueron 3.136 personas voluntarias y 818 personas contratadas.
Y en cuanto a los recursos económicos, en 2015 la Confederación Cáritas invirtió 46.975.811 de euros en acciones de economía solidaria (40 millones en 2014, una subida del 11,7%). Estos fondos proceden de aportaciones privadas (socios, donantes y empresas colaboradoras), de subvenciones públicas (Fondo Social Europeo y Administraciones estatales, autonómicas y locales) y de ingresos de la actividad de las empresas de economía social.
Como ha señalado Sebastián Mora en la rueda de prensa, el Informe de Economía Solidaria propone “una visión alternativa de la economía que quiere responder a la exhortación que nos lanzaban la primavera pasada los obispos españoles en su instrucción pastoral Iglesia, servidora de los pobres para ´reaccionar recuperando la dimensión ética de la economía, y de una ética ‘amiga’ de la persona´”. Este Informe es “la respuesta de Cáritas a un modelo socioeconómico lastrado por una dinámica de mercado centrada en el beneficio, una generación de empleo precario y un modelo de protección social débil”. Para el secretario general de Cáritas “existe un camino de salida a esa injusticia letal, a través de realidades concretas, personas concretas y posibilidades concretas de cambiar la realidad. Un camino que nos habla de personas y procesos de transformación, de la posibilidad de caminar de otra manera, de organizarnos de diferentes formas y de que, desde la alegría del Evangelio, otro mundo es posible”.
José Luis Pérez Larios, por su parte, aseguró que Cáritas puede impulsar fórmulas alternativas de creación de empleo social de éxito, aun cuando “los datos sigan mostrando una situación de vulnerabilidad laboral que, en España, afecta a casi 4,8 millones de personas y, de manera especial, a los 2,8 millones que llevan más de un año sin trabajo”.
La acción de Cáritas en el ámbito de la economía social, señaló, permite “romper la espiral del desempleo y la precariedad laboral que afecta a muchas personas, de la que todavía muchos siguen sin poder salir ante un eventual cambio de ciclo económico”. “Esto vuelve a ponernos cara a cara ante la evidencia que Cáritas viene señalando un año tras otro: el problema no está en la crisis, sino en el modelo”, aseguró.
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