Videos
Morate: Solo en su celda y vigilado cada hora
El presunto asesino de Cuenca se encuentra en el módulo de ingresos de la prisión de Estremera, donde los funcionarios se turnan para velar por su estado.-
MADRID- Sergio Morate ya está en España. El presunto autor de las muertes de Marina Okarinska y Laura del Hoyo, asesinadas el pasado mes de agosto en Cuenca, llegó a nuestro país procedente de Timisoara (Rumanía) tras aterrizar en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz pasada la media noche. Vestido con vaqueros, una camiseta de manga corta y una gorra oscura, se mostró en todo momento sereno y no causó problemas. No fue un vuelo directo: el avión hizo una pequeña «escala» en Viena para recoger a otro preso de nacionalidad española.
Una vez en Madrid, una comitiva formada por tres furgones de la Policía Nacional y cuatro turismos –en uno de ellos viajaba el propio Morate– trasladaron al joven a los juzgados de Cuenca. En total, 30 agentes le custodiaron. Llegaron a los juzgados de la ciudad manchega en torno a las 03:15 horas de la madrugada. Allí le esperaban unos diez vecinos. Pese a que fue introducido por la puerta de atrás, Morate no pudo evitar escuchar los gritos de «asesino» que le profirieron. Lo cierto es que, con el transcurso de las horas, los ánimos se fueron caldeando y cada vez más gente se amontonó en los aledaños de los juzgados, llegando al centenar. Y es que el juez no le tomó declaración hasta las 11:00 horas. Con todo, Morate se acogió a su derecho a no declarar. El juez acabó decretando su ingreso en el Centro Penitenciario Madrid VII, en la localidad de Estremera, a unos 100 kilómetros de Cuenca.
¿Por qué no ha acabado ingresando en la cárcel de Cuenca? Según fuentes penitenciarias y policiales, se trata de un centro «más pequeño, sin medidas para el aislamiento y que no es de máxima seguridad. No cuenta con los requisitos de seguridad para este tipo de perfil delictivo». Hay que recordar que uno de los motivos aducidos por la defensa de Morate para no volver a nuestro país fue el hecho de que pensaba que su vida podría correr peligro en una cárcel española. «Nos da igual dónde esté Morate. Sólo nos importa la Justicia, que sea un juicio rápido y se demuestre quién es el culpable», afirmó ayer a este diario Javier Chamón, portavoz de las familias de la fallecidas.
Según pudo saber LA RAZÓN, Morate fue conducido nada más llegar al módulo de ingresos, un área provisional en la que los presos esperan a ser destinados a un módulo residencial. En su caso, es probable que sea el de preventivos, al ser un reo a la espera de juicio, y su traslado de módulo podría producirse a principios de esta semana. Fuentes cercanas al caso aseguraron que a Morate no se le ha aplicado el protocolo de prevención antisuicidios, lo que obligaría a un preso a convivir con él las 24 horas. Así, el presunto asesino de Cuenca se encuentra solo en su celda, de en torno a 12 metros cuadrados, y equipada con dos literas y un baño individual –las televisiones en las celdas fueron retiradas–. Y son los funcionarios quienes velarán por su seguridad: por turnos, le visitarán cada hora para comprobar que se encuentra en buen estado.
No serán muchas las distracciones a su disposición, al menos mientras Morate se encuentre en ingresos: apenas tendrá acceso a un pequeño patio y al economato de la cárcel. Sí que tendrá compañeros en el módulo, pero actualmente no llegan a la decena. Cuestión diferente es si acaba en preventivos, donde tendrá a su disposición un gimnasio, sala de lectura y sala de televisión, así como distintas actividades.
Al ser prisión comunicada, Morate podrá tener contacto por teléfono y a través del locutorio con familiares, abogados, etc. A lo que no tendrá derecho, en al menos un mes, es a mantener ningún contacto físico –lo que se conoce como «vis a vis»–.
Según el protocolo, el detenido tuvo que pasar por un reconocimiento médico nada más llegar. Sin embargo, se trata de una prueba muy superficial. Hoy, previsiblemente, debería tener un encuentro con el psicólogo y el asistente social de la cárcel, que realizarán un análisis más exhaustivo de su estado.
Según fuentes policiales, en las próximas horas tendrá que pasar por una prueba de identificación de ADN, tal como indica el protocolo en los ingresos por asesinato o agresión sexual, entre otros. En este caso, se le tomará una muestra a través de un hisopo bucal y se registrará en una base de datos.
En total, la cárcel de Estremera cuenta con unas 1.008 celdas, más 172 complementarias y unos 12 módulos residenciales. Inaugurada en 2008 para «aliviar» el nivel de ocupación de las prisiones de la región, sus instalaciones son las más modernas de la Comunidad de Madrid.
✕
Accede a tu cuenta para comentar