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El perfil psiquiátrico, su estrategia de defensa
La jueza envía a «El Chicle» a prisión incondicional y su abogado justifica su colaboración para «mitigar el sufrimiento de la familia»
La jueza envía a «El Chicle» a prisión incondicional y su abogado justifica su colaboración para «mitigar el sufrimiento de la familia».
Ni a la Guardia Civil ni a la jueza de guardia. José Enrique Abuín Gey, alias «El Chicle», no ha querido revelar los móviles del rapto (con fines sexuales) o secuestro de Diana Quer, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación. Sí ha reconocido que le dio muerte ya que condujo a los agentes hasta el pozo donde tiró su cuerpo, todavía no se sabe si muerto o con vida. Pero eso fue antes de que ayer pasara a disposición judicial. A pesar de lo revelado el día anterior, «El Chicle», que llegó a eso de las 8:50 horas custodiado por cuatro agentes a la Audiencia Provincial de Ribeira, se acogió a su derecho a no declarar. Lo hizo por recomendación de su defensa, el abogado Ramón Sierra.
Seis horas después, la jueza de guardia resolvió su ingreso en prisión provisional incomunicada y sin fianza por entender que existe riesgo de fuga y de reiteración delictiva, así como para evitar la ocultación, alteración o destrucción de pruebas. Además, la magistrada de guardia adoptó esta medida para evitar que pueda intentar influenciar en la declaración de los testigos de los hechos. «El Chicle» es sospechoso de un delito de detención ilegal y un homicidio doloso en el caso de Diana Quer. Además, se le investiga por detención ilegal en grado de tentativa y robo con violencia por el intento frustrado del pasado 25 de diciembre.
Nada más salir de la Audiencia, su abogado Ramón Sierra, negó que su cliente hubiese reconocido la autoría de un delito doloso, ni de asesinato, ni delito sexual. Además, destacó, «no hay ningún indicio» al respecto. El problema estriba en que «El Chicle» guió a los agentes hasta el cadáver. «No puedo decir por qué, pero mi cliente colaboró con la Guardia Civil en la búsqueda del cuerpo para, en palabras textuales de mi cliente, mitigar en la medida de lo posible el sufrimiento de la familia» y sugirió que pudo ser un atropello, que «es un homicidio por imprudencia». Además, el abogado adelantó que pedirá las pruebas periciales psicológicas que considere oportunas, lo que hace prever que basará su defensa en un perfil psicológico problemático.
La jueza ha decidido acusarle de un homicidio doloso, sin perjuicio, eso sí, de que el avance de la investigación pueda permitir otras calificaciones más graves, como la de asesinato. Esta particular situación es consecuencia, según las citadas fuentes, de las dos declaraciones que prestó ante la Guardia Civil. En la primera, fue de contradicción en contradicción. Primero había atropellado a Diana y por miedo la había abandonado en una zona boscosa; la segunda, que la había tirado a la mar; la tercera, en el Puerto de Taragoña... hasta que los agentes le hicieron ver que su actitud no conducía a ningún sitio, ya que era mentira sobre mentira. En la segunda, tras pasar un tiempo, admitió que había atacado a Diana y que la llevó hasta la carpintería abandonada en la que había trabajado y la tiró al pozo. Dejó claro que en ningún momento había intentado violarla ni la había estrangulado. Y ahí, según las citadas fuentes, concluyó su declaración sin portar más detalles. Puede parecer extraño, pero «El Chicle», que ya había prestado declaración ante la Guardia Civil, se dio cuenta de que los agentes le tenían como se dice policialmente «abrochado»; que poseían numerosas evidencias que le vinculaban con el crimen y optó por hacer una mínima declaración. De hecho, aunque su abogado lo niega, fuentes próximas al caso lo reiteran: «El sospechoso ha confesado ser el autor material de los hechos. Al encontrarse sin coartada empezó a colaborar y admitió su culpabilidad. Aunque al principio manifestó que la había atropellado, luego cambió la versión».
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