Orense

El moderno sistema del AVE habría frenado el tren

El tramo siniestrado contaba con una tecnología más antigua vulnerable al fallo humano

La Razón
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Dos son principalmente los sistemas de seguridad que controlan la circulación de los trenes por la red ferroviaria española: ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático) y ERTMS (Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario, por sus siglas en inglés). El primero es un sistema de control semiautomático presente en el 90% de los ferrocarriles de nuestro país, pero que deja en manos del maquinista parte de la conducción. El segundo, más moderno y automático, está instalado en la mayor parte de las líneas de alta velocidad.

En el caso del Alvia 730 que viajaba de Madrid a Ferrol y que el pasado miércoles descarrilaba en las inmediaciones de Santiago de Compostela causando al menos 80 muertos, el tren llevaba instalados ambos sistemas, pero sólo empleaba el más sencillo de ellos en el momento del accidente. El motivo reside en que, aunque la vía donde ocurrió el siniestro pertenece a la línea de alta velocidad que une Orense y Santiago –inaugurada por José Blanco en 2011–, los últimos siete kilómetros antes de llegar a la estación de la capital gallega –el tren descarriló a cuatro kilómetros de su destino– corresponden a una línea ferroviaria convencional, con un sistema de seguridad distinto al que opera en el tramo de alta velocidad.

El Alvia emplea ambos sistemas dependiendo del tipo de vía en el que se encuentre, y en el momento del accidente el tren acababa de cambiar a ASFA. Según informaron a LA RAZÓN fuentes oficiales, este sistema controla, mediante el uso de balizas, las condiciones de la vía y la velocidad del convoy. No obstante, requiere de una participación activa por parte del maquinista, pues si éste infringe los límites de velocidad sólo detiene el tren si supera los 200 km/h. En el caso del tren de Santiago, se calcula que entró en la curva a 190 km/h, por lo que no funcionaba aún el frenado automático. Con todo, el tren cuenta con un sistema que avisa al maquinista en todo momento de la velocidad a la que debe ir en función de cada tramo, si bien debe ser él mismo quien decida frenar el tren. Además, las balizas –una de ellas estaba situada a sólo 300 metros antes del lugar del accidente– se colocan en ubicaciones puntuales, por lo que la supervisión no es continua. Sin embargo, el secretario general del sindicato de maquinistas Semaf, Juan Jesús García Fraile, y otros expertos, aseguran que el ASFA detiene el tren ante cualquier infracción de los límites de velocidad, independientemente de la velocidad a la que vaya el tren.

Por el contrario, el sistema ERTMS controla en todo momento de forma automática la velocidad del tren, deteniéndolo si supera los límites de velocidad y eliminando posibles fallos humanos. Por eso, si el Alvia hubiese funcionado con ERTMS hasta Santiago, el sistema habría detenido el tren al detectar un exceso de velocidad, evitando el accidente. Respecto a la posibilidad de que el maquinista hubiese desconectado el sistema, García Fraile aseguró que el tren no permite esa posibilidad, salvo que haya una avería. «Saltaría la alarma. Ningún maquinista cometería nunca una locura así».