Sanfermines

El Prenda: El acusado de violación estudia euskera en prisión para relajarse

Después de un año en la cárcel tras su paso por San Fermín, «La Manada» se ha reinventado entre rejas: Varios estudian y uno de ellos es el peluquero de los presos

Los integrantes de «La Manada», el grupo acusado de violar a una chica los pasados Sanfermines, están a punto de cumplir un año en prisión
Los integrantes de «La Manada», el grupo acusado de violar a una chica los pasados Sanfermines, están a punto de cumplir un año en prisiónlarazon

Después de un año en la cárcel tras su paso por San Fermín, «La Manada» se ha reinventado entre rejas: Varios estudian y uno de ellos es el peluquero de los presos.

Cuando en el verano de 2016 cinco jóvenes sevillanos comenzaron a organizar el viaje que les llevó a los Sanfermines, ninguno se imaginó que sus vidas iban a dar un giro radical. De momento, el último año lo han pasado en prisión, acusados de haber violado en grupo a una joven madrileña y por ello el nombre de su grupo, «La Manada», se ha hecho tristemente famoso.

Tres de los cinco componentes de «La Manada», Prenda, Boza y Escudero, están en la prisión de Navarra y otros dos, el guardia civil y el militar, fueron encerrados en la cárcel militar de Alcalá de Henares. Un año entre rejas da para muchos y a todos ellos la vida les ha dado un giro de 180 grados.

El «Prenda» era el gordito del grupo. Mientras que los demás alardeaban de músculos y se grababan vídeos en los que se quitan las camisetas, incluso los calzoncillos, Prenda era fácilmente diferenciable por sus curvas y por el tatuaje de su tripa en el que se lee su apellido. Muchos lo han identificado como el líder del grupo. Era el graciosillo y quizá el que más complejos tenía.

Desde que está en prisión ha perdido 30 kilos de peso. Su abogado afirma que se debe sobretodo al estrés que le produce estar en la cárcel creyéndose inocente. Su aspecto ha cambiado tanto que incluso la jueza del caso de Pozoblanco, en Córdoba, cuando le vio en una declaración por videoconferencia exclamó: «¿Ese es el Prenda? ¿Qué le ha pasado? Está muy delgadito, ¿habrá enfermado?», cuenta que la escucharon preguntar.

El joven, para matar el tiempo en prisión y no darle vueltas al futuro juicio en el que se juega un porrón de años en la sombra, se ha apuntado a clases de euskera. Nadie sabe explicar por qué se inclinó por esa opción en detrimento del francés o el inglés, ni siquiera él y eso que se lo han preguntado los amigos que todos los fines de semana le van a visitar a la prisión, a pesar de la gran distancia que separa Navarra de la capital hispalense. Entre ellos dos chicas que durante la Feria de Sevilla acudieron a la prisión vestidas de con el típico traje de sevillanas, una de negro y otra de rosa con lunares blancos, para mostrarle su apoyo.

En el caso de su compañero Boza, probablemente sea de los cinco el que peor está llevando el encierro. Comparte celda con Prenda. Ha comenzado a estudiar para sacarse el graduado escolar y también juega al fútbol, aunque hubo de abandonarlo durante varias semanas porque se hizo un esguince en un tobillo y el médico le recomendó reposo.

El tercero que está recluído en la prisión navarra, Escudero, ocupa su tiempo entre el gimnasio, el fútbol y su gran pasión, la peluquería. En el centro le ofrecieron cortar el pelo al resto de internos y él aceptó. Cuentan que tiene tanto éxito entre los internos que hasta tiene lista de espera.

Los tres están perfectamente integrados en el Centro Penitenciario Pamplona I. No han protagonizado ningún incidente ni han sido castigados con ningún parte o sanción.

Los otros dos miembros de «La Manada», un militar y un guardia civil, están encerrados en la cárcel de Alcalá Meco, en Madrid, debido a su condición castrense.

El militar ha aprovechado su estancia entre rejas para retomar la carrera de Psicología que tenía bastante abandonada. Cuentan que sus progresos son notables y su notas también. Su familia y sus amigos le visitan cada fin de semana.

Por su parte el agente de la Benemérita, es el único de los cinco amigos que no hace nada ni ha querido utilizar el tiempo de encierro para sacarse algún título o trabajar. También es el único que ha podido salir de la cárcel al menos durante unas horas. Su novia se quedó embarazada en el primer vis a vis que tuvieron en prisión y hace pocas semanas la joven dio a luz a una niña. El juez permitió la salida controlada del padre para que pudiera desplazarse a Sevilla a conocer a su pequeña.

Su futuro lo ha dejado en manos de la madre de su hija y no de sus propios padres, que según ha podido saber LA RAZÓN desconocen, porque se lo han ocultado deliberadamente, que su hijo está imputado por el robo de unas gafas y también por un caso de abuso sexual en la localidad de Pozoblanco, Córdoba.

Los funcionarios de ambos centros penitenciarios cuentan que los cinco componentes de «La Manada» son famosos entre los presos y que durante las visitas que reciben los reclusos, en muchas ocasiones se puede ver a los familiares de otros encarcelados curiosear y señalar cuando pasa alguno de ellos por delante.

Aunque todavía no hay fecha confirmada para el juicio, lo previsible es que pueda celebrarse en octubre. Los cinco integrantes de «La Manada» insisten en su inocencia y han solicitado su puesta en libertad bajo fianza a la Audiciencia Provincial de Navarra al sostener que no hay riesgo de fuga.

Por su parte, la Fiscalia sigue pidiendo para cada uno de los procesados 18 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual; dos años y 10 meses de cárcel por un delito contra la intimidad y dos años de prisión por un delito de robo con intimidación.