El pueblo madrileño donde los perros son un vecino más

Tres Cantos se convierte en el primer municipio «petfriendly» que plantea la iniciativa de introducir a los animales en el ámbito familiar.

La odisea de salir con tu perro de paseo y no poder controlar sus ladridos. Los enfrentamientos con vecinos no «petfriendly». La desobediencia en la convivencia. Humanizar en exceso a los animales... Tarde o temprano, cada dueño tiene que acabar lidiando con los problemas de conducta que puedan tener sus mascotas. Estos y muchos más son los inconvenientes que los amantes del mundo canino se encuentran a diario. Así, Tres Cantos se ha convertido en el primer municipio «petfriendly» que plantea la iniciativa de introducir a los animales en el ámbito familiar. «Nos parece muy importante que los perros sean un miembro más del ocio en familia, que no se queden en casa. Normalizar la tenencia de animales y enseñar a los dueños el respeto hacia el vecino que no tiene mascotas», cuenta a LA RAZÓN Fátima Mera, concejala de Salud Pública de Tres Cantos.

Pero, ¿dónde reside el origen de las malas conductas animales? En las personas que adquieren un can sin preveer que éstos, si no tienen una correcta educación, pueden llegar a desarrollar conductas irregulares. Precisamente por esto, el objetivo que buscan cada vez más municipios es fomentar la tenencia responsable de animales. Incorporarlos en la vida cotidiana y emplear los beneficios que la tenencia de perros aporta en el día a día de las familias se convierte en la regla básica que todo propietario debería cumplir.

En esta línea llega «Familia Canina», un proyecto pionero y gratuito que impulsa el Ayuntamiento del municipio madrileño de Tres Cantos. Su programa de adiestramiento animal permite a los vecinos a aprender a resolver conductas irregulares en sus mascotas, mediante actividades en torno a la obediencia canina, relaciones sociales con otros perros, juegos de inteligencia y trabajos de habilidad. «El proyecto tiene muchas líneas, pero el objetivo primordial es integrar a los perros en el entorno familiar, de tal forma que acaben siendo un miembro más. Esta iniciativa comenzó en septiembre de 2017, a raíz de la feria de mascotas solidarias, aunque desde el Ayuntamiento llevamos cinco años trabajando para lograr la tenencia responsable, adopción y el buen cuidado de los animales», cuentan desde la Concejalía. Lo cierto es que esta iniciativa ha tenido un gran calado social. «Hemos invitado a todo tipo de familias. Los que tienen perros y quieren aprender a tratarlos de forma correcta, los que no tienen pero están interesados en aprender a interactuar con ellos –o piensan en realizar una adopción– y los que cuentan con uno, pero tienen problemas con su conducta. El resultado está siendo inmejorable, ya que estamos consiguiendo nuestro objetivo: fomentar la adopción de perros», informa la concejala de Salud Pública.

Desde el Ayuntamiento aseguran que el principal problema de las malas conductas en los perros es que «muchas veces no se conoce lo suficiente a un can antes de adoptarlo o no se tiene un conocimiento experto sobre qué perros son más apropiados según las características de cada familia. En numerosas ocasiones se adoptan perros con problemas de comportamiento y la gente no sabe cómo gestionarlos. Esto lleva al abandono animal». Para corregir los comportamientos erróneos, la Concejalía de Salud Pública del municipio madrileño cuenta con el apoyo y ayuda de AT Formación, una entidad encargada de reeducar a perros y dueños. «En los primeros talleres vimos que tener un perro en casa no es tan sencillo para los dueños. Hay canes que han vivido experiencias traumáticas y son muy inseguros, otros que dan problemas en casa. Muchas veces nos centramos en lo que hacen mal los animales y no ponemos en práctica las herramientas disponibles para mejorarlo. La humanización de los animales es otro problema. Los perros no son niños, hay que cambiar esta percepción, trabajar juntos y crear un vínculo entre ambos que nos ayude a comprender la conducta de nuestra mascota», cuenta Tamara García, directora de la entidad.

Estos talleres –a los que acuden todo tipo de familias– enseñan a los propietarios a moldear la conducta de los animales, pero «primero es necesario que éstos conozcan el tipo de perro que tienen delante para poder empezar a disfrutar de su mascota», lo que harán a través de un adiestramiento en positivo, basado en recompensas hacia el animal. Potenciar el lenguaje y la paciencia del perro acaba generando un vínculo muy especial entre dueño y can.