Aborto
El respeto a la dignidad
El Senado argentino ha rechazado la proposición de Ley radical que pretendía legalizar el aborto en esa República. En cierta forma, ha sido el triunfo de las provincias, especialmente del norte, contra Buenos Aires. También la victoria de la movilización popular pro vida frente a las presiones de los grupos internacionales. Ya en la Cámara de Diputados, el voto se inclinó a favor del aborto tras presiones a las que no fue ajeno el propio Gobierno argentino. Sin embargo, se ha probado que cuando el legislador depende directamente de los votos populares, las maniobras políticas son mucho más difíciles. La victoria argentina en favor del derecho a la vida de los más inermes de los seres humanos es importante, aunque no debemos olvidar que está pendiente una reforma del código penal argentino que, en la que la misma discursión, va a plantearse nuevamente con toda su fuerza. La victoria, por un lado, puede animar al movimiento pro vida. No podemos ignorar que recientemente, como es el caso de Irlanda, se han producido notables retrocesos en el respeto a la dignidad humana. La cuestión no puede plantearse como una discusión entre el derecho de unas contra el derecho de otros, ni siquiera como la imposición de una forma de ver la vida contra otras distintas. Hay que verlas dentro del permanente esfuerzo que realizamos los humanos en nuestras legislaciones por consagrar el respeto a la dignidad contra los intereses. Los fetos no los tienen, más bien no tienen forma de expresarlos. Es a nosotros a quienes corresponde adoptar la decisión de proteger al más débil e intentar alejarnos de la inhumanidad.
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