Medio Ambiente
Empieza el desfile de las procesionarias
Los pelos que contienen estas orugas pueden ser urticantes y causar irritación en piel y ojos, y problemas respiratorios si se inhalan
La procesionaria del pino es una plaga de orugas muy común que plantea riesgos significativos para la salud y el medio ambiente. Estas larvas de lepidóptero pueden llegar a ser muy dañinos para las personas y, sobre todo, para nuestras mascotas debido a los pelos urticantes que tienen.
La procesionaria (Thaumetopea pityocampa) afecta a los pinos y cedros. Se trata de una oruga que se encuentra comúnmente en zonas boscosas (pinares, generalmente) con mucho arbolado. Se distingue por su peculiar forma de desplazarse en hilera o procesión, que da origen a su peculiar nombre.
Aunque a primera vista pueden parecer inofensivas, su presencia puede ser perjudicial si entramos en contacto directo con ellas, o incluso estando cerca, ya que pueden dispersar sus pelos en el aire. Las orugas construyen unas bolsas de seda blancas que se adhieren en las ramas altas de los árboles para refugiarse de las bajas temperaturas y la lluvia. Pueden ser divisadas en árboles de zonas forestales o en zonas urbanas que no reciban el correspondiente tratamiento para prevenir su aparición.
La procesionaria provoca problemas en la salud tanto de seres humanos como de mascotas (perros). Los pelos que contienen estas orugas son urticantes y pueden causar irritación en la piel y ojos, e incluso problemas respiratorios si se inhalan. Cada oruga es capaz de desarrollar medio millón de estos finos pelos que contienen toxinas que pueden provocar alergias y picazón. Por ello debemos tener especial cuidado si tenemos mascotas o niños pequeños, ya que una exposición directa podría causarles estos síntomas y tendríamos que acudir a un centro médico para prevenir daños mayores.
Además de ser perjudicial para los humanos, el propio arbolado también sufre sus consecuencias, ya que estos insectos se alimentan de las acículas (hojas) de los pinos y cedros, produciéndoles una defoliación en sus ramas que en algunas ocasiones puede ser grave para la salud del árbol.
La clave para controlar a la procesionaria reside en la prevención. En Lokímica, recomiendan inspecciones regulares de áreas con pinos y cedros y la aplicación de tratamientos específicos en momentos estratégicos del ciclo de vida de esta plaga. Estas medidas ayudan a evitar la proliferación y minimizan los riesgos asociados. Si realizas un buen control de plagas puedes salvaguardar tu entorno y disfrutar de espacios seguros y saludables
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