Policía

En libertad con cargos el delincuente que acudió a un cuartel con un hacha

Imagen de la detención/Guardia Civil
Imagen de la detención/Guardia Civillarazon

El individuo que entró en el cuartel de la Guardia Civil de Bujalance (Córdoba) con un hacha es un viejo conocido de la Guardia Civil. Pertenece al clan “los tarabito” y salió hace un mes de prisión preventiva a la espera de que se le juzgue por tráfico de drogas. El individuo tiene, además, denuncias por violencia de género. Según

denuncian desde AEGC, debido a la denuncia de VioGén, el hombre intentó también agredir al cabo del puesto que había atendido a su mujer cuando interpuso la denuncia.

Los hechos ocurrieron en la noche del 9 de diciembre, cuando el puesto se encontraba cerrado y no había ninguna patrulla en la localidad. El delincuente en estado ebrio se acercó al cuartel y la emprendió a hachazos contra la puerta principal y los muros e intentó romper una de las cámaras de seguridad.

Desde AEGC denuncian que el incidente podía haber ido a más debido a la falta de efectivos en la provincia de Córdoba: “No es la primera vez que en AEGC denunciamos la indefensión en la que nos encontramos los guardia civiles durante el transcurso de nuestro servicio e incluso fuera del mismo, como es este caso. Indefensión que se extiende dentro de los juzgados. Es incomprensible que este individuo, que ya había amenazado a otro agente del puesto, haya pasado por el tribunal como si de un simple trámite se tratara. Entrar y salir en un abrir y cerrar de ojos del juzgado teniendo pendiente un juicio por tráfico de drogas, denuncias

por malos tratos y amenazas a los guardia civiles del puesto”. Desde AEGC hacen hincapié en que “las agresiones a los integrantes de este cuerpo han de tener consideración de agresión a la autoridad y no de agente de la autoridad. Somos y seguirmeos siendo un blanco fácil porque no se nos da amparo judicial. Lo ocurrido en Bujulance es un claro ejemplo de esta violencia hacia los guardia civiles porque es uno de los municipios cordobeses en los que más agresiones e intentos de agresión a miembros del cuerpo se producen”. También denuncian que lo ocurrido aquella noche pone de manifiesto “la grave falta de personal que tenemos

en la demarcación de Córdoba, cuando no había ni una patrulla esa noche para más de 10.500 habitantes repartidos entre los municipios de Bujulance y Cañete. En la misma situación se encuentran en Peñarroja, donde salen adelante con comisionados de otros puestos que a su vez quedan faltos de personal”. “No sólo se necesita una reestructuración de la Benemérita para hacerla más operativa, es que los municipios pequeños tienen el mismo derecho que los grandes centros de población a tener una seguridad de primera”.