
Parejas
Enrique Rojas, psiquiatra: “Estas tres señales indican que hay riesgo de ruptura de pareja”
El experto en salud mental identifica tres factores clave para detectar una crisis de pareja y subraya el papel de la voluntad en la reconstrucción de los vínculos afectivos

Las consultas por crisis de pareja son cada vez más habituales en la práctica clínica. Enrique Rojas, psiquiatra especializado en salud mental y relaciones afectivas, ha desarrollado una metodología concreta para detectar cuándo una relación atraviesa un momento de desgaste serio y, sobre todo, si aún existe posibilidad de reconstruir el vínculo.
A lo largo de su trayectoria, Rojas ha observado patrones comunes en parejas con dificultades. Basándose en esa experiencia, propone una evaluación inicial estructurada a través de tres preguntas que ayudan a identificar el origen del conflicto y el nivel de implicación de cada miembro. Su enfoque parte de la premisa de que muchas crisis pueden resolverse si hay un compromiso claro por parte de ambos
Las tres preguntas que revelan el estado de una relación
La primera pregunta que propone Rojas es: ¿Cuáles son las principales áreas de conflicto? Aunque pueda parecer obvio, muchos problemas se enquistan precisamente porque no se verbalizan ni se identifican con claridad. Nombrar el problema es el primer paso para poder abordarlo. Las respuestas suelen abarcar desde la gestión del tiempo hasta la vida sexual, el dinero o la comunicación.
La segunda pregunta apunta a la autopercepción: ¿Qué quitarías de tu forma de ser y qué añadirías para mejorar la relación? Esta cuestión obliga a mirarse a uno mismo y asumir parte de la responsabilidad. No se trata sólo de señalar al otro, sino de reconocer los propios errores o carencias.
La tercera pregunta invierte la perspectiva: ¿Qué le quitarías o añadirías a tu pareja para mejorar la relación? Esta reflexión permite poner en palabras las expectativas, frustraciones o deseos no resueltos. En conjunto, las tres preguntas constituyen una especie de “radiografía emocional” del estado actual del vínculo.
La clave de la voluntad
Más allá del diagnóstico, Enrique Rojas destaca un elemento que considera esencial en cualquier proceso de recuperación: la voluntad. Para él, hay una diferencia sustancial entre desear que las cosas mejoren y querer que lo hagan.
“Desear es pretender algo de forma pasajera, transitoria, sin mucha consistencia. Querer es determinación, es propósito firme”, explica. Esta distinción tiene implicaciones prácticas: quien realmente quiere salvar su relación, actúa. Pone medios, busca ayuda, cambia hábitos. La voluntad, afirma Rojas, es el motor que permite afrontar las dificultades y avanzar.
Con frecuencia, el psiquiatra recurre a expresiones latinas que resumen su enfoque terapéutico. Una de ellas es Nil difficile volenti (“nada es difícil para quien tiene voluntad”), una suerte de lema que recuerda que, frente a los obstáculos, la actitud es determinante. Otra es Fortes fortuna adiuvat, una cita de Virgilio que se traduce como “la fortuna ayuda a los audaces”.
La perspectiva de Rojas se inscribe en un fenómeno más amplio. Las cifras de separaciones y divorcios han aumentado en las últimas décadas en muchos países, lo que ha generado un debate sobre las causas de esta tendencia. Aunque hay múltiples factores (cambios sociales, económicos, culturales), los expertos coinciden en que muchas relaciones se deterioran por falta de comunicación y de herramientas emocionales.
En este contexto, la propuesta de Rojas pone el acento en la autorreflexión y en la decisión consciente de mejorar. “Hay que hacer un ejercicio realmente serio y darse cuenta de que esto es importante”, afirma. La crisis, según su visión, no tiene por qué ser el final, sino una oportunidad para revisar el vínculo y fortalecerlo.
Más allá de la terapia de pareja tradicional, este enfoque invita a que cada persona se interrogue sobre su papel dentro de la relación. Y, sobre todo, a que tome decisiones basadas no sólo en el deseo de que las cosas cambien, sino en el compromiso firme de contribuir al cambio. Porque, como recuerda Rojas, salvar una relación es posible, pero requiere intención, esfuerzo y, sobre todo, voluntad.
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