Relatos
"Si no te haces respetar te harán daño": así es la vida en la cárcel según un exrecluso
Luis “el Moro” relató cómo fue su experiencia en la cárcel y por qué considera imprescindible mostrar firmeza para evitar abusos entre internos
Luis, conocido como “el Moro”, ha compartido en una reciente entrevista en el pódcast El Hombre Descalzo, seguido por más de 77.000 usuarios en YouTube, distintos episodios de su paso por prisión. El exconvicto subraya que uno de los primeros aprendizajes al entrar en un patio carcelario es la necesidad de hacerse respetar. “Si tú no lo haces, el que te está viendo que te achantas después te cogerá por detrás y te hará daño, porque sabe que eres débil”, señaló al explicar cómo entendía la dinámica de poder en prisión.
Según recordó, al poco de llegar a un centro penitenciario comenzó a “darse a conocer” haciendo pequeños trueques de alimentos, a los que en la jerga llamó “gabelas”. Cuando uno de los reclusos incumplió en varias ocasiones los pagos pactados, decidió actuar con contundencia: “Como la semana que viene no me pagues, la vamos a tener”, le advirtió. Al no recibir el dinero, reaccionó con violencia dentro de la sala común, lo que le llevó a estar diez días en aislamiento. Pese a la sanción, asegura que ese episodio cambió la percepción del resto hacia él y le otorgó reconocimiento ante los demás internos.
El exinterno recalcó que, en ese entorno, dar una imagen de firmeza era para él una cuestión de supervivencia más que de reputación. Explicó que muchos presos nuevos eran observados por sus compañeros desde el primer día y que cualquier señal de debilidad podía tener consecuencias inmediatas, como perder sus pertenencias o convertirse en blanco de abusos constantes. Para Luis, actuar con determinación, aunque le llevara a enfrentarse a sanciones disciplinarias, era la única manera de garantizar que los demás entendieran que no era alguien fácilmente manipulable.
Un entorno marcado por la desconfianza y la “maldad”
En la charla, Luis reconoció que su carácter fue puesto a prueba en numerosas ocasiones y que mostrar debilidad podía convertirle en blanco de abusos. “Te prueban el carácter. Si no reaccionas, se aprovechan de ti”, resumió el presentador del pódcast, con lo que el exconvicto asintió. Explicó, además, que con los años desarrolló una “habilidad” para identificar a los internos más vulnerables “solo por la forma de andar o de mirar”.
Pese a admitir que recurrió a la violencia en determinados momentos, también quiso subrayar que nunca se sintió cómodo con los abusos a otros presos y que en ocasiones intervino para proteger a quienes consideraba más indefensos. “En la cárcel hay mucha maldad y por eso nunca me han gustado los abusos; he tenido problemas por defender a la gente”, afirmó.