Sociedad
Hoy, Día Internacional de la Felicidad
El Día Internacional de la Felicidad se celebra este 20 de marzo por primera vez, tras haber sido aprobada su conmemoración por la Asamblea General de la ONU, el pasado mes de junio de 2012, después de que el primer ministro de Bután, Jigme Thinley, solicitara su celebración.
En esta línea, el Instituto Coca-Cola de la Felicidad ha anunciado que se sumará a la primera conmemoración de este día con el objetivo de "aumentar la felicidad de cada individuo y de los que le rodean", uniéndose así al deseo de Bután y de las Naciones Unidas. La compañía, que disfruta del 20 por ciento de los más de 66 millones de entradas registradas en Google relacionadas con el término "felicidad", ha indicado que con motivo de este día enviará diferentes mensajes de felicidad a través de las redes sociales y realizará acciones especiales para los empleados de Coca-Cola Iberia.
El Instituto ha recordado que el reconocimiento de esta celebración por la ONU se produjo después de que Bután señalará "la búsqueda de la felicidad como un objetivo humano fundamental". De esta forma, Naciones Unidas ha animado a los Estados Miembros a promover "políticas públicas que incluyan la importancia de la felicidad y el bienestar en su apuesta por el desarrollo", al tiempo que ha solicitado que celebren el este día "de manera apropiada, incluyendo actividades de educación y de toma de conciencia del público".
Por su parte, el impulsor de esta iniciativa y primer ministro de Bután, Jigme Thinley, expresó, durante su participación en el I Congreso de la Felicidad organizado por el Instituto Coca-Cola en España en 2011, que "no se puede ser realmente feliz a menos que las personas que te rodean sean felices".
El país asiático, considerado el más feliz de Asia y el octavo del mundo, según Business Week, plantea un desafío económico basado en el Indice de la Felicidad Nacional Bruta y no en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), según ha informado el Instituto. Además, ha indicado que "la felicidad en Bután es prácticamente un mandato constitucional, que se basa en los pilares de un desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo; la preservación y promoción de la cultura; la conservación del medio ambiente; y el buen gobierno".
Por ello, Thinley aseguró que la felicidad "es una meta a perseguir, muy positiva para Bután, porque gracias a ella el país podrá conseguir la paz, estabilidad y la cooperación global".
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