Desastre meteorológico
Interceptar al monstruo, el reto del cazatormentas
«Siento que esté entrando en el mundo de ‘‘Walking dead’’. Las calles están desiertas», afirma el amante del caos Mark Robinson
«Siento que esté entrando en el mundo de ‘‘Walking dead’’. Las calles están desiertas», afirma el amante del caos Mark Robinson.
Mark Robinson es un experto en meteorología extrema, divulgador y cazatormentas de Toronto, en Canadá. Lleva casi 10 diez años documentando e investigando el clima severo en toda América del Norte y en la actualidad trabaja como meteorólogo en «The Weather Network».
Su pasión por perseguir el caos que provoca la Naturaleza le hizo poner rumbo a Miami el pasado 7 de septiembre con un objetivo claro: «interceptar al monstruo», tal y como afirmó en Twitter. A pesar de que sólo dos días antes había advertido a otros compañeros cazatormentas: «Si estás buscando interceptar a Irma, piensa dos veces o engánchate con un cazador de huracanes experimentado. Este huracán da miedo».
A través de la red social, Robinson está narrando su experiencia en primera persona. Un tweet suyo, acompañado de un vídeo, nos llama la atención: «Siento que de repente esté entrando en el mundo de “Walking Dead”. Las calles de Miami están casi desiertas instantes previos a la llegada de Irma», afirmaba a las 12:30 de ayer hora española. En cambio, dieciocho horas antes le llamaba la atención la gran cantidad de personas que seguían en Miami a pesar de las advertencias del paso devastador de Irma.
A medida que pasa el tiempo, la bestia va mostrando su peor cara para los que saben leer el cielo. «Parece como una tormenta a distancia. Apenas hay viento, pero eso es por la banda externa del huracán Irma».
El cielo está en calma, una calma que anuncia tormenta, justo lo contrario que el refrán. Pronto los vientos hacen caer las hojas secas de las palmeras cerca del jeep en el que viaja. «Incluso las aves están saliendo de Miami», comenta. «Las cosas se van a poner mal aquí pronto, aunque es probable que no tan mal como en la costa oeste».
Es precisamente allí hacia donde Mark Robinson se encaminaba ayer. Eran las 18:54, «estamos recibiendo ráfagas de 50 km/h. Hay un montón de tráfico dirigiéndose hacia el este».
Es allí donde se espera que la poderosa bestia vaya a girar en las próximas horas hacia el norte a lo largo de la costa oeste de la península de Florida, lo que supone un respiro para Miami, pero es una noticia estremecedora para las ciudades que se ponen en el punto de mira de Irma y su poder devastador.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), dependiente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), había previsto, horas antes, que se desplazara el ciclón tropical. «El ojo –del huracán– se ha movido hacia el oeste. Está próximo a alcanzar el suroeste de la zona de alta presión subtropical y se espera que el giro hacia el noroeste y norte noroeste comience pronto». «Se espera que Irma toque tierra en Florida como un peligroso huracán intenso, y traerá impactos de viento amenazantes para la vida de la mayoría del estado».
Una información esencial para la ciudadanía que el NHC consigue gracias a los aviones de reconomiento que tiene: los cazatormentas de la NOAA.
Esta agencia ya pronosticó en mayo, que esta temporada de huracanes, que comienza oficialmente el 1 de junio y termina el 30 de noviembre, tenía un 45% de posibilidades de ser más activa de lo habitual debido a las altas temperaturas del agua registradas en el Atlántico. De hecho, la NOAA estimaba que se iban a producir entre 11 y 17 tormentas tropicales, de las cuales entre cinco y nueve podrían llegar a convertirse en huracanes. Harvey, Irma, José y aún no es 30 de noviembre.
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