Policía

Investigan el homicidio de un holandés desaparecido en Orense en 2010

La investigación de los restos óseos humanos hallados en el municipio orensano de A Veiga, donde se encontró el coche calcinado de un ciudadano holandés desaparecido en 2010, tiene como principal hipótesis el homicidio de este hombre cometido por uno o varios autores y no se descarta la implicación de alguien del entorno.

Tres agentes de la Guardia Civil de Orense, tres del Equipo de Inspecciones Oculares, dos forenses, el juez de O Barco de Valdeorras y el secretario judicial, y el perro pastor belga del Servicio Cinológico del Pardo especialista en restos óseos y sangre participan hoy en el rastreo y evaluación de los restos encontrados a unos 50 metros del coche calcinado de Martín Verfondern.

La Guardia Civil, que inició esta investigación hace cuatro años, ha instalado una carpa en la zona en la que no se han detectado productos acelerantes ni, a simple vista, impactos de bala, han explicado fuentes del instituto armado, que han precisado que los restos estaban semiocultos por la maleza en un radio de cien metros cuadrados.

Entre ellos se halló un cráneo partido en trozos y, cerca, los restos de una pequeña fogata, que presumiblemente se encendió para quemar los efectos personales, pues en ella aparecieron restos triturados de huesos, parte de un ordenador portátil quemado y de un teléfono móvil, y trozos de tela.

Los investigadores creen que el hecho de que los restos óseos estén esparcidos en este radio de cien metros se puede deber a la presencia de alimañas.

Dichos restos serán trasladados previsiblemente al Imelga de Verín (Orense) para su análisis, y el coche y ADN se analizarán en el laboratorio de la Guardia Civil en Madrid, que podrá ofrecer resultados en aproximadamente quince días.

Aunque la principal hipótesis de la investigación es el homicidio de este ciudadano holandés, no se descarta ninguna otra posibilidad.

En la zona se comentaban las desavenencias personales de este hombre con algunos vecinos de la localidad de Petín, a unos 12 kilómetros de donde apareció el cuerpo en una zona muy poco frecuentada.