China
La nueva edad de oro
La fortuna de los más ricos del mundo creció un 17% en 2016, lo que refleja que la fortuna no cambia de manos. Aún así, su implicación social también crece.
La fortuna de los más ricos del mundo creció un 17% en 2016, lo que refleja que la fortuna no cambia de manos. Aún así, su implicación social también crece.
Son muy pocos. Pero al mismo tiempo, son cada vez más ricos. La mayor concentración de riqueza vuelve a repartirse en pocas manos, algo que no pasaba desde comienzos del siglo XX, cuando la bautizada «Edad dorada» estadounidense vivió su época de mayor esplendor con las familias Carnegie, Rockefeller o Vanderbilt.
Esta es la conclusión del informe publicado ayer por el banco suizo UBS y la consultora PwC, que han analizado los datos de 1.542 multimillonarios de todo el mundo, aquellos que tienen un patrimonio a partir de mil millones de dólares. El año pasado, la fortuna de esta élite subió un 17%, hasta 6 billones de dólares (5.200 millones de euros), después de haberse contraído en 2015. En definitiva, el rendimiento promedio de los multimillonarios fue el doble que el alcanzado por los mercados bursátiles mundiales.
Josef Stadler, de UBS y autor principal del documento, asegura que sus clientes están preocupados de que la creciente desigualdad entre ricos y pobres pueda llevar a un «contraataque». «Estamos en un punto de inflexión. La concentración de riqueza es tan alta como en 1905 y esto es algo que preocupa a los multimillonarios», matiza. «Se podría decir que ahora estamos a dos años de alcanzar el pico de lo que sería la Segunda Edad Dorada», añade.
A finales del siglo XIX, algunas familias amasaron grandes fortunas con los monopolios del ferrocarril, petróleo, acero y la banca, inaugurando una era de rápida industrialización, pero también de creciente desigualdad en América, por lo que el presidente Roosevelt disolvió compañías y fideicomisos e incrementó los impuestos sobre los ricos.
«¿Habrá similitudes en la forma en que la sociedad reaccione ahora cuando se repita el mismo escenario?», se pregunta Stadler. «¿Terminará la segunda Edad Dorada o continuará?».
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió recientemente de que la desigualdad económica había crecido en los tres mayores países del mundo –China, India y EE UU– por lo que era importante recurrir a una «fiscalidad progresiva», incluido el aumento de impuestos a las rentas más altas y la renta básica universal, que favorezca la redistribución. El director del Departamento de Asuntos Monetarios del organismo internacional señaló que el «desequilibrio de ingresos en el seno de los países, especialmente en los avanzados, había aumentado notablemente en los últimos 30 años». A juicio del FMI, esta creciente brecha de ingresos tiene peligrosos efectos. «Algo de desigualdad es inevitable en una economía de mercado, pero una desigualdad excesiva puede hacer desmoronarse la cohesión social, conducir a una polarización política y, en última instancia, reducir el crecimiento económico», subrayó el informe fiscal.
En este sentido, Stadler matiza que «la percepción de que los multimillonarios ganan dinero a expensas de la población en general» es incorrecta. El experto explica que el 98% de la riqueza de los multimillonarios retorna a la sociedad, ya que, entre otras cosas, los más ricos del mundo emplean a 27,7 millones de personas.
Por otra parte, el experto señala además que las preocupaciones de los multimillonarios sobre la percepción pública de que se están volviendo más ricos a expensas de la población en general les ha llevado a hacer más acciones filantrópicos y a donar su dinero a galerías de arte públicas o equipos deportivos. «Se podría decir que se trata de ego y de querer presumir y sentarse en la primera fila», afirma el experto. «Pero también es una forma de devolver a la comunidad».
Según el estudio, los multimillonarios representan ahora 72 de los 200 mejores coleccionistas de arte del mundo, frente a los 28 que había en 1995. «Si bien no es un fenómeno nuevo, los museos privados están creciendo en número, especialmente en Asia», recalca el documento. «Motivados por su pasión por el arte, y a menudo alentados por un trato fiscal favorable, los coleccionistas están estableciendo museos privados en todo el mundo para compartir sus colecciones», afirma.
Las inauguraciones recientes de las galerías incluyen The Broad en Los Angeles, financiado por Eli Broad, la 65º persona más rica del mundo con una fortuna de 7.400 millones de dólares. Por su parte, el multimillonario japonés Soichiro Fukutake está construyendo una serie de galerías para albergar su colección de arte en las islas del Seto Inland Sea de Japón.
Así mismo, el informe sostiene que 140 de los mejores equipos deportivos del mundo son propiedad de sólo 109 multimillonarios, con dos tercios de los equipos de la NBA y la NFL. En Reino Unido, por ejemplo, nueve de los veinte equipos de la Premier League tienen propietarios multimillonarios, incluyendo a Roman Abramovich, dueño del Chelsea, y Sheikh Mansour, del Manchester City.
Aunque sí que han tomado un papel muy relevante en la sociedad –aparece un nuevo multimillonario cada dos días, según este estudio– la concentración de riqueza sigue siendo, no obstante, mayor en Estados Unidos, donde las fortunas combinadas de los 563 registrados ascendió el año pasado a 2,8 billones de dólares (frente a 2. 400 millones un año antes).
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