Francia

La seguridad de los menores en carretera, una asignatura pendiente

Un informe saca a relucir las malas prácticas de los conductores europeos a la hora de transportar a sus hijos

Dos niños son anclados por su padre en la parte de atrás de un vehículo
Dos niños son anclados por su padre en la parte de atrás de un vehículolarazon

Pese a que un accidente de tráfico es entendido por más de la mitad de los padres como la mayor preocupación en el ámbito de la seguridad infantil, los comportamientos durante los trayectos todavía tienen un considerable margen de mejora. Así, uno de cada cinco conductores españoles admite haber excedido el límite de velocidad con su menor a bordo (frente al 31% de los padres europeos), uno de cada diez ha utilizado el móvil sin manos libres (el 21% en el caso de los del resto del continente) y el 4% ha viajado con su bebé en el regazo, cinco puntos menos que el dato a nivel europeo.

Así se desprende del «Informe sobre el estado de la seguridad» presentado ayer por la empresa de movilidad infantil Britax. El estudio, realizado con una muestra de más de 4.500 padres de Francia, Polonia, Suecia, Reino Unido, Alemania y España, refleja las distintas tendencias de cada país si bien la imagen española ha salido bien parada frente al polo opuesto, ocupado las más de las veces por Suecia o Francia.

Según los resultados del informe, el 76% de los padres europeos compran la silla para el bebé antes de su nacimiento, una estadística que crece cinco puntos en el caso español. Pese a que pueda presentarse como un comportamiento positivo, evidencia que casi uno de cada cinco padres del país se lleva a su recién nacido del hospital sin un elemento de sujeción adecuado. Además, en el 30% de los casos (el 15% si se toma la muestra española) se realiza la compra de los portabebés a través de la web, lo que elimina la posibilidad de asesoramiento por parte del técnico correspondiente, afectando así a la certeza sobre la compatibilidad del producto con el coche y su correcta instalación.

Además, otra de las conclusiones más llamativas indica que dos de cada tres padres dedican más tiempo a la compra de un smartphone que a la de la silla de seguridad en la que viajará su hijo. Y únicamente los progenitores españoles gastan más dinero a en la sillita de paseo y en la de seguridad que en sus móviles y tabletas.

En cuanto al cambio de la silla de seguridad debido al crecimiento del niño, tampoco se realiza de la manera adecuada ya que sólo una pequeña parte de la muestra seleccionada (el 12%) afirmó realizar el cambio en función de las recomendaciones de altura y peso frente a una amplia mayoría que lo hace por motivos de comodidad y control del menor. Estos mismos factores también aparecen a la hora de justificar el hecho de orientar la silla del niño hacia el sentido de la marcha, lo que, de la misma forma, contribuye a aumentar el riesgo de lesiones en caso de accidente.

En lo que respecta al conocimiento de la legislación, el 71% de los padres admite estar informados pero, al mismo tiempo, el 44% desconoce o no llega a comprender el ampliamente extendido sistema ISOFIX. Igualmente, el 64% de los padres españoles admite conocer la normativa pero tan sólo el 27% llega a entender realmente su significado.