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Legislar para proteger

La Razón
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- ¿Qué está ocurriendo en las aulas para que se esté llegando a situaciones de violencia tan clara?

–Estamos viendo una banalización absoluta de la violencia, y el asunto se vuelve más grave después de que la Organización Mundial de la Salud dijera que es precisamente el clima en las aulas una de las causas del fracaso escolar en España. Somos un país pionero en la identificación del maltrato, pero no somos capaces de ponerle fin porque la respuesta de las instituciones y de los centros educativos es protegerse. Y, en realidad, aunque la violencia comience en las aulas, se traslada después a al calle, a los estadios... El menor que lleva a cabo el maltrato va a ampliar esta conducta a cualquier ámbito de su vida.

- ¿Tiene algo que ver la cuestión de género?

–No se trata de violencia de género como tal, ya que suelen ser niños contra niños o niñas contra niñas, no por causa de su sexo. En todo caso, podemos establecer su origen en una educación asamblearia, en la cual no se están llevando a cabo las evaluaciones necesarias para conocer la situación de las aulas, y esto provoca que la impunidad de los centros y de los agresores sea la norma. Los niños, por lo general, no cuentan lo que les está pasando, y es la víctima a la que se le atribuye la causa del acoso y, a su vez, la que termina abandonando el centro.

- ¿Qué papel juegan las redes sociales en toda esta situación?

–La impunidad, el anonimato y la negación se ven enormemente multiplicados debido a las redes sociales, ya que han facilitado que ese acoso que se vivía únicamente en el aula se traslade a las 24 horas del día.

- ¿Qué secuelas puede dejar en el menor el atravesar un periodo en el que víctima de acoso?

–El maltrato psicológico deja secuelas cuatro veces mayores que las del maltrato físico. Tiene unos efectos en la ansiedad y la disminución del autoestima que no remiten con el tiempo. El niño no vuelve a ser el mismo, ya que a la situación en sí se ha sumado que aquellos en los que ha depositado su confianza, el colegio y las instituciones, le han fallado.

- ¿Cómo podemos evitar que esto se agrave?

–Creando protocolos contra el acoso escolar, igual que los hay contra el laboral. No podemos descuidar a los niños mientras funcionarios y jueces, por ejemplo, están protegidos. Además, deberían llevarse más evaluaciones acerca de la situación de cada centro, ya que lo que no se evalúa no se puede gestionar.

*Directora del Informe Cisneros X sobre Acoso y Violencia en las Aulas