Catástrofes y Accidentes

Los terremotos que vendrán...

Tan importante como desarrollar técnicas de prevención al movimiento sísmico es orquestar un buen plan de ayuda entre los afectados

Los terremotos que vendrán...
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Tan importante como desarrollar técnicas de prevención al movimiento sísmico es orquestar un buen plan de ayuda entre los afectados.

Imprevisibles y cada vez menos mortíferos. Pese a la pésima imagen que tienen estos fenómenos naturales, lo cierto es que gracias a la ciencia y las investigaciones sobre su génesis, los terremotos son menos sorpresivos. Y no estamos hablando de países como Japón, con una gran riesgo sísmico pero que ha desarrollado durante años toda una cultura de la prevención y la lucha contra lo mortíferos que puedan ser. Hablamos de regiones del planeta muchas veces subdesarrolladas pero que, gracias a las ayudas de los fondos al desarrollo o la cooperación internacional han logrado «anticiparse» a estos desastres. No así a recuperarse y volver a la vida anterior. Para ello son necesarios fondos y dinero con los que acometer la reconstrucción. Con todo, la actividad sísmica ha variado de forma sustancial en los últimos tiempos.

En 2017 hubo siete terremotos de magnitud superior a siete. Contrasta con los datos de los últimos 10 años, con una media que es casi de 18 seísmos anuales. Un reciente estudio señala que las zonas que podrían verse más afectadas son las cercanas al ecuador, lejos de nuestro país. España, con todo, no tiene un extraordinario riesgo sísmico en comparación con otras zonas del planeta, por lo que no hay que alarmar a la población, pero hay un nivel de riesgo conocido y evaluado (Pirineos, Andalucía y Murcia, sobre todo, aunque hay riesgos menores en otras zonas). Invertir en ciencia para estudiar los riesgos naturales y conocer sus efectos es, al final, salvar vidas y propiedades, e incluso ahorrar dinero. Lo cierto es que Japón y Taiwán son los únicos países que tienen el sistema de alerta sísmica en todo su territorio; en otros países como México, el sistema de alerta se ubica en algunas ciudades.

En los últimos dos años se ha tenido constancia de más de 14.000 sismos mayores a 4.5 grados en el Cinturón de Fuego, la zona del Pacífico de especial incidencia. Un aspecto importante de la lucha contra los seísmos es cómo se debe responder ante ellos. De nuestra manera de hacer frente a una situación tan extremadamente grave dependerá también nuestra supervivencia. De ahí que sea necesario mantener la calma y tranquilizar a toda la familia. A continuación, colocarse bajo las mesas, escritorios o en los sitios señalados como seguros alejados de las ventanas. Todo para responder a una amenaza a la que es difícil anticiparse.