Medio Ambiente

A la batería, la cacatúa enlutada

Las ballenas y los pájaros cantores emiten melodías, pero en realidad pocas especies animales saben marcar el ritmo. Un equipo de científicos australianos ha descubierto que los machos de cacatúa enlutada tocan la batería con una especie de baquetas que fabrican ellos mismos a base de ramas para exhibirse ante las hembras y siguen un ritmo muy regular cada uno con un estilo propio

Dos machos de cacatúa enlutada sosteniendo sus peculiares baquetas de madera
Dos machos de cacatúa enlutada sosteniendo sus peculiares baquetas de maderalarazon

Las cacatúas enlutadas (Probosciger aterrimus) viven escondidas en las selvas de Nueva Guinea y son icónicas de la península de Cabo York al norte Queensland en Australia. Pese a mostrar un comportamiento evasivo, los científicos han logrado analizar en detalle una conducta musical muy curiosa que era conocida desde hace tiempo.

“Los machos de cacatúas fabrican gruesas baquetas a partir de las ramas, las agarran con las patas y las golpean en los troncos y los huecos de los árboles para exhibirse ante las hembras”, dice Robert Heinsohn, profesor en la Fenner School of Environment and Society de la Universidad Australiana Nacional.

El estudio, publicado en Science Advances, revela que los golpes que realizan contra la madera están casi perfectamente espaciados entre sí a lo largo de secuencias muy largas, “tal y como haría un batería humano siguiendo un ritmo regular”, añade el investigador.

Un estilo propio para cada ave

Los científicos obtuvieron estos resultados tras siete años de investigación en los que observaron con cámaras de vídeo a 18 ejemplares de cacatúa macho en la selva tropical. “Cada uno de ellos mostró tener su propio estilo o percusión”, recalca Heinsohn, cuyo equipo analizó 131 secuencias de percusión.

Según los investigadores, algunos machos tocan consistentemente rápido, mientras que otros lo hacen más lento. “Hay algunos que incluso les gusta un poco de floritura al inicio”, detalla el experto, quien subraya que estos estilos tan individualizados permiten que otros pájaros reconozcan desde la distancia quien está tamborileando.

Esta conducta forma parte de su ritual de cortejo para atraer una pareja. Este estudio pertenece a otro más amplio dedicado a la conservación de estas aves que sufren la pérdida de su hábitat y fracasos en la reproducción debido a la actividad minera.