Castilla y León

Rubén Ruiz: «Vamos tarde si intentamos frenar la sequía cuando se produce»

Día Mundial del Agua: España se enfrenta a uno de los episodios sin lluvia más graves de su historia reciente. El último otoño, a modo de ejemplo, fue el tercero más seco en más de medio siglo

Rubén Ruiz: «Vamos tarde si intentamos frenar la sequía cuando se produce»
Rubén Ruiz: «Vamos tarde si intentamos frenar la sequía cuando se produce»larazon

Día Mundial del Agua: España se enfrenta a uno de los episodios sin lluvia más graves de su historia reciente. El último otoño, a modo de ejemplo, fue el tercero más seco en más de medio siglo.

– ¿Esta sequía que estamos viviendo es diferente a las anteriores? ¿Se debe quizás al cambio climático?

– En España siempre ha habido sequías, algunas incluso datadas en el año 941 en la zona de Córdoba. Pero a diferencia de las anteriores, ésta destaca por su severidad. Los registros de la AEMET respecto al Índice de Precipitación Estandarizado evidencian que en los últimos tres años en todo el país ha llovido muy por debajo de lo normal, incluso en lugares donde tradicionalmente se ha considerado que había mucha agua, como los Pirineos o Galicia. Por tanto, la actual es la más grave de, al menos, los últimos 20 años. A modo de ejemplo, el pasado otoño fue el tercero más seco en España desde 1965. A nivel mundial, los años 2015, 2016 y 2017 han sido los más cálidos desde que se tienen registros y 17 de los 18 más cálidos se han registrado en este siglo XXI. Ya se han publicado estudios que cuantifican la reducción de los caudales fluviales disponibles en régimen natural en un 14% en el conjunto de España.

– ¿Estamos preparados para hacer frente a la escasez de lluvia? ¿Puede llegar a producirse un desabastecimiento notable?

– La preparación para hacer frente a la escasez de lluvia difiere según el territorio. En la zona donde tradicionalmente más carencia de agua ha habido –el Levante español– se han construido varias desaladoras que garantizan el abastecimiento de agua para uso urbano. En otras partes, en cambio, hace muchos años que no se ha avanzado. En la misma Barcelona, desde que se puso en marcha la desalinizadora de El Prat, hace casi 10 años, no se han incorporado nuevas infraestructuras que garanticen este recurso. En cuanto a los usos agrícolas, industriales y energéticos, éstos sí que están sufriendo las consecuencias de la falta de agua. A modo de ejemplo, la cosecha de cereales de 2017 en Castilla y León se situó en un 55% por debajo de la media. Así pues, los efectos de la sequía en la economía son enormes. Y también en el medio ambiente, ya que los ecosistemas se ven amenazados gravemente, en especial los humedales. Dicho esto, a día de hoy no prevemos problemas de abastecimiento a corto-medio plazo (seis-doce meses) en las ciudades y pueblos gestionados por Suez en España.

– ¿Qué podemos hacer? ¿Cuál es la mejor vía para ahorrar agua?

– Si queremos solucionar la sequía cuando ya se está produciendo, llegamos tarde. En este momento, sólo podemos aspirar a parchear la situación. Lo que debe hacerse es planificar a medio-largo plazo, valorando las necesidades de agua para todos los usos (abastecimiento, agricultura, ocio, industria, etc.) y evaluar el recurso disponible, teniendo en cuenta que el cambio climático está reduciendo dicho recurso. A partir de aquí, habrá que priorizar usos y buscar nuevos recursos. A nivel nacional, el mayor consumidor de agua es la agricultura, que usa entre el 75% y 80% del total (en función de la fuente). Para ponerlo en contexto, el sector primario –la agricultura– en España aporta el 2,8% del PIB y genera el 4% del empleo. A día de hoy, existen algunas zonas de España que son muy eficientes en el uso del agua en la agricultura, como en el Levante, con una agricultura de mucho valor añadido. En cambio, en otras demarcaciones se están utilizando infraestructuras antiguas, con numerosas pérdidas y aplicando procedimientos de regadío poco eficaces.

– ¿Es eficiente nuestro sistema hídrico?

– Según la última encuesta del INE (2014), el rendimiento de nuestras redes urbanas se sitúa alrededor del 75%. Esto significa que el 25% del agua que se suministra no queda registrada, lo que necesariamente no supone que se pierda. El porcentaje de renovación de tuberías se sitúa en un mísero 0,9% en España, según el último estudio de AEAS (Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento). Esto significa que damos por sentado que nuestras tuberías durarán más de 100 años. La realidad es que los sistemas de distribución no están pensados ni construidos con este horizonte.

– En este contexto, ¿cómo debemos afrontar un futuro con menos precipitaciones?

Debemos analizar qué usos prevemos a futuro y preparar escenarios con menos precipitación. Esto nos llevará a pensar en fuentes alternativas. En este sentido, la reutilización del agua residual –una vez regenerada– es una fuente estratégica, tanto por su disponibilidad y seguridad como por la viabilidad económica de su uso. No podremos desarrollar todas las capacidades a nivel económico en algunos sectores tan importantes como el turismo, la industria o la agricultura. Tengo claro que no hacer frente este reto es mucho más caro que afrontarlo de raíz.

– ¿Cambiarán nuestros hábitos de consumo en el futuro? ¿Es sustituible el agua?

Prever el futuro es complicado, más aún en la actualidad, donde todo cambia tanto y tan rápido. Pero hoy en día, lo que sí es verdad es que cuando la NASA se plantea otro planeta donde poder vivir, lo primero que busca es el agua, que es el origen de la vida tal como la conocemos y, hoy por hoy, no es sustituible. Ni a nivel natural, ni a nivel social, ni a nivel industrial. Por lo tanto, debemos cuidarla y aprovecharla sin poner en peligro que las generaciones futuras también puedan hacerlo.