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¿Merece la pena pagar 36 euros por un café? Jorge Cremades lo tiene claro: "Lo caro es el sitio"
El creador probó la bebida bañada en oro de 24 quilates en el Burj Al Arab Jumeirah de Dubai y concluye que sabe como un café normal, la diferencia la marca el entorno de lujo
El actor y tiktoker Jorge Cremades ha compartido en su perfil (@jorgescremades) la experiencia de probar “el café más caro del mundo” dentro del emblemático hotel Burj Al Arab Jumeirah de Dubai, cuya arquitectura en forma de vela e interiores recubiertos de oro la convierten en uno de los destinos turísticos más exclusivos del planeta.
En el vídeo, que supera ya las 200.000 visualizaciones y los 10.000 me gusta, Cremades explica que el establecimiento gastó más de 1.800 m² de láminas de oro para bañar puertas, papeleras y detalles decorativos, y que solo se puede acceder a la isla artificial donde se alza por un puente privado o en helicóptero.
Tras mostrar la recepción reluciente, llega el momento estrella: una taza en la que flotan pequeñas láminas de oro de 24 quilates que, según el hotel, convierten la bebida en una experiencia única.
El influencer prueba primero el café y luego recoge con la cuchara la capa dorada: “Sabe a un café normal y corriente, al que le han puesto oro por encima; el oro no sabe a nada, solo a la espuma del café”, sentencia antes de revelar que la cuenta asciende a 36 euros al cambio de ese momento. El comentario final, irónico, no se hace esperar: “Me voy al baño, que ahora cago oro”.
El debate se enciende en redes: polvo de oro o auténtico lujo
Los seguidores han llenado la sección de comentarios con opiniones divididas: muchos apuntan que el supuesto “oro” no es más que polvo comestible de repostería cuyo valor ronda los diez euros por lámina, mientras que otros defendían que el precio no responde al ingrediente, sino al entorno, la exclusividad y el servicio del hotel de siete estrellas. La frase que más se repite bromea con que “lo caro no es el café, es el sitio”, una conclusión con la que Cremades parece estar de acuerdo al cerrar el vídeo con un gesto de asentimiento y un “aquí pagas por estar dentro del Burj Al Arab, no por el sabor del grano”.