
Vaticano
El motivo por el que el anillo del Pescador de Papa tiene que ser destruido tras su muerte
El anillo del Pescador ha sido usado durante siglos como sello por los distintos Pontífices

Este sábado tendrá lugar el funeral del Papa Francisco. Como marca la tradición, San Pedro acogerá el último adiós al Pontífice, en una ceremonia que reunirá a miles de fieles y representantes de todo el mundo. Los actos comenzarán a las 10 de la mañana, y, tal como ha confirmado el Vaticano, se celebrará una Misa exequial en la Basílica de San Pedro, presidida por el Cardenal decano Giovanni Battista Re.
A continuación, el féretro será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, lugar elegido personalmente por el Papa, rompiendo así con la costumbre habitual. Francisco mostró siempre una profunda devoción por la imagen de la Virgen María conocida como Salus Populi Romani, que se venera en esta basílica papal, motivo por el cual deseaba ser enterrado allí.
Desde que se confirmara su fallecimiento el pasado lunes, se ha iniciado un periodo de transición guiado por numerosos protocolos eclesiásticos, tanto para rendirle homenaje como para preparar la elección de su sucesor. Entre estos rituales destaca uno de los gestos más simbólicos: la destrucción del anillo del Pescador, una de las insignias más emblemáticas del cargo papal.
¿Por qué se destruye?
Este anillo recibe su nombre en honor a San Pedro, el primer Papa y apóstol de Jesús, quien era pescador de profesión. De hecho, en cada diseño del anillo aparece representado San Pedro junto a las llaves de la Santa Sede, aunque su aspecto ha variado según las preferencias de cada pontífice. Francisco, por ejemplo, eligió un anillo de plata con baño de oro, mientras que otros, como Pío IX, optaron por versiones más ostentosas con incrustaciones de diamantes. De hecho, el Papa Francisco solo portaba el anillo de pescador en actos oficiales, y en su día a día, se le podía ver portando un anillo de plata con el símbolo de la cruz.
El uso del anillo de Pescador se remonta al siglo XIII y, tradicionalmente, servía como sello oficial del Papa para autenticar cartas y documentos. Precisamente por esta función, una vez fallecido el pontífice, se procede a destruir, evitando así el riesgo de falsificaciones.
Según recoge la CNN, desde 1521 hasta 2013 este símbolo papal fue destruido golpeándolo con un martillo, en un acto solemne que corresponde al camarlengo, figura clave durante el interregno vaticano. En esta ocasión, esa responsabilidad recae en el cardenal Kevin Joseph Farrell. Aunque no se ha precisado cuándo se destruirá, se estima que deberá completarse antes del inicio del cónclave, y en presencia del Colegio Cardenalicio.
No obstante, existe al menos una excepción reciente. Cuando Benedicto XVI, predecesor de Francisco, renunció al pontificado, en lugar de destruir su anillo, se optó por marcarlo con una cruz profunda mediante un cincel, invalidándolo.
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