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Mente humana

Si necesitas tener la televisión encendida para dormir, esto es lo que dice la psicología de ti

El silencio de la noche puede amplificar la actividad mental

Dormir con la televisión encendida es un hábito común en muchas personas, y aunque pueda parecer una costumbre poco saludable o simplemente una manía, la psicología del sueño tiene varias explicaciones que respaldan esta conducta.

Lejos de ser algo inusual, utilizar ruido de fondo para dormir, especialmente el generado por la televisión, puede estar relacionado con aspectos emocionales, cognitivos e incluso neurológicos.

Un mecanismo para calmar la mente ansiosa

Uno de los principales motivos por los cuales muchas personas prefieren dormir con la televisión encendida es la ansiedad. Para quienes experimentan pensamientos constantes, preocupaciones o estrés acumulado, el silencio de la noche puede amplificar la actividad mental y volver el proceso de dormir en un proceso frustrante. En este contexto, el sonido constante y familiar de un programa de televisión actúa como una forma de distracción que ayuda a silenciar esos pensamientos intrusivos.

La televisión puede ofrecer una sensación de control sobre el entorno. Cuando el ruido proviene de una fuente predecible, como un programa ya conocido o una serie que reconforta, el cerebro se relaja, sabiendo que no hay sorpresas inesperadas.

El poder del ruido blanco

Desde un punto de vista más técnico, el sonido de la televisión puede funcionar como una forma de ruido blanco, es decir, un tipo de sonido que cubre o enmascara otros ruidos ambientales. Esto es especialmente útil para personas que viven en ciudades ruidosas o en vecindarios donde los sonidos pueden interrumpir el sueño.

El ruido blanco, como el que puede emanar de una televisión a volumen bajo, crea una base sonora uniforme que ayuda al cerebro a mantenerse en un estado de reposo. Algunos estudios sugieren que este tipo de sonido puede disminuir la frecuencia de los despertares nocturnos y mejorar la calidad general del sueño.

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El silencio como enemigo emocional

No todas las razones son clínicas o neurológicas. Muchas veces, la necesidad de ruido para dormir está profundamente enlazada en experiencias emocionales o vivencias tempranas.

Personas que crecieron en hogares ruidosos o con muchos miembros pueden asociar el ruido con seguridad, familiaridad y compañía. Por lo tanto, el silencio absoluto puede generar incomodidad o incluso una sensación de vulnerabilidad.

Además, la televisión puede brindar la ilusión de compañía. Para quienes enfrentan la soledad o el miedo a estar solos, escuchar voces, aunque no se les preste atención directa, puede proporcionar consuelo emocional. Esto se asemeja a tener a alguien hablando cerca, como si uno no estuviera completamente solo en la habitación.

¿Es malo dormir con la televisión encendida?

No necesariamente. Aunque los expertos advierten sobre el impacto de la luz azul y los cambios de volumen, si este hábito te ayuda a dormir y no afecta la duración o profundidad de tu sueño, no hay razones inmediatas para eliminarlo.

Eso sí, se recomienda mantener el volumen bajo, evitar contenido demasiado estimulante y programar un apagado automático, si es posible.