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Cónclave

El Papa Francisco dejó asuntos pendientes tras 12 años de papado. ¿Qué retos le esperan al próximo papa?

Aunque el Papa Francisco logró mucho durante sus 12 años de pontificado, dejó muchos asuntos pendientes y numerosos desafíos para su sucesor

El Papa Francisco recibe una capa alistana. IcalIcal

Aunque el Papa Francisco logró mucho durante sus 12 años de pontificado, dejó muchos asuntos pendientes y numerosos desafíos para su sucesor, desde las desastrosas finanzas del Vaticano hasta las guerras que asolan múltiples continentes y el descontento entre los tradicionalistas por su represión a la antigua misa en latín.

Cuando los cardenales del Cónclave terminen de emitir sus votos bajo los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, el Papa número 267 deberá decidir si continuará con las políticas de Francisco, las modificará o las abandonará por completo.

Los desafíos a los que se enfrentará el nuevo Papa

EL PAPEL DE LAS MUJERES

El Papa Francisco promovió más a mujeres a cargos de liderazgo en el Vaticano que cualquier otro papa antes que él, y su sucesor deberá decidir si continúa ese legado, lo acelera o retrocede y cambia de rumbo.

El tema no es menor. Las mujeres católicas realizan gran parte del trabajo de la Iglesia en escuelas y hospitales, y suelen ser responsables de transmitir la fe a la siguiente generación. Pero desde hace tiempo se quejan de tener un estatus de segunda clase en una institución que reserva el sacerdocio exclusivamente a los hombres.

De hecho, algunas monjas están dejando sus órdenes en masa, ya sea por desgaste o porque simplemente renuncian, lo que ha generado dudas sobre el futuro de las órdenes religiosas femeninas, pues el Vaticano afirma que el número de monjas a nivel mundial ha venido disminuyendo en unos 10.000 por año durante más de una década, y que al final de 2022, el último año del que hay estadísticas, había 599.229 monjas. En 2012, había 702.529 en todo el mundo.

Por ello, el nuevo Papa deberá abordar las expectativas de las mujeres, no solo de tener mayor voz en el gobierno de la Iglesia, sino también mayor reconocimiento. "Somos la gran mayoría del pueblo de Dios", dijo María Lia Zerbino, una argentina nombrada por Francisco para asesorar al Vaticano en la nominación de obispos, un hecho sin precedentes para una mujer. "Es una cuestión de justicia. No es un logro del feminismo, es en interés de la Iglesia".

POLARIZACIÓN ENTRE PROGRESISTAS Y CONSERVADORES

Una carta anónima que circuló entre funcionarios del Vaticano en 2022 destacaba lo que llamaba el pontificado "desastroso" de Francisco y lo que un nuevo papa debería hacer para corregir la "catástrofe" que él habría causado. Su autor fue el cardenal australiano George Pell, pero ese hecho solo se supo tras su muerte en 2023. Pell, que fue un cercano asesor de Francisco pero siempre conservador, se mostró cada vez más desencantado con su pontificado y firmó la carta con el seudónimo "Demos", el pueblo común.

El año pasado, circuló un manifiesto de otro cardenal anónimo, firmado como "Demos II". Retomaba donde Pell lo había dejado, denunciando lo que llamaba un estilo de gobierno "autocrático y, a veces, aparentemente vengativo; una despreocupación por las cuestiones legales; una intolerancia incluso hacia el desacuerdo respetuoso; y, lo más grave, un patrón de ambigüedad en temas de fe y moral que causa confusión entre los fieles".

Culpaba de la polarización en la Iglesia a la confusión sembrada por Francisco y urgía al próximo Papa a enfocarse en la "recuperación y restablecimiento de verdades que han sido lentamente oscurecidas o perdidas entre muchos cristianos".

Estas cartas subrayan las divisiones ancestrales entre tradicionalistas y progresistas en la Iglesia Católica, que se intensificaron durante el pontificado de Francisco. Él enfatizó la inclusión y la "sinodalidad", es decir, escuchar a los fieles, y tomó medidas contra los tradicionalistas restringiendo su celebración de la antigua misa en latín. Aunque los conservadores quizá no tengan suficientes votos para elegir a uno de los suyos, un nuevo papa deberá intentar restaurar la unidad.

ESCÁNDALOS POR ABUSOS

Aunque muchos líderes de la Iglesia quisieran pensar que los escándalos de abusos sexuales del clero son cosa del pasado, los sobrevivientes y sus defensores quieren que el nuevo papa los aborde como máxima prioridad.

Francisco y el Papa Benedicto XVI tomaron medidas para poner fin a décadas de abusos y encubrimientos, cambiando las leyes de la Iglesia para castigar a los abusadores y a sus superiores clericales que ocultaron su conducta.

Pero todavía reina una cultura de impunidad, y las autoridades eclesiásticas apenas han comenzado a abordar otras formas de abuso espiritual y psicológico que han traumatizado a generaciones de fieles. Veinte años después de que estallara el escándalo de abusos sexuales en EEUU, aún no hay transparencia desde el Vaticano sobre la magnitud del problema o cómo se han manejado los casos.

Por ello el nuevo Papa deberá lidiar no solo con los casos existentes, sino también con la continua indignación de los católicos de base y con nuevas revelaciones en partes del mundo donde el escándalo aún no ha salido a la luz.

ACERCAMIENTO A LA COMUNIDAD LGTBIQ+

Francisco dijo célebremente: "¿Quién soy yo para juzgar?", cuando se le preguntó en 2013 sobre un monseñor supuestamente gay en el Vaticano. Francisco intentó asegurar a las personas homosexuales que Dios las ama tal como son, que "ser homosexual no es un crimen" y que todos son bienvenidos en la Iglesia.

Su sucesor deberá decidir si continúa con ese acercamiento o lo reduce. Hay bastante apoyo para retroceder. En 2024, los obispos africanos emitieron un rechazo a nivel continental contra la decisión de Francisco de permitir a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo, y los obispos de todo el mundo que participaron en su sínodo sobre el futuro de la Iglesia se echaron atrás en cuanto al uso de un lenguaje que aceptara explícitamente a las personas LGBTQ+.

"Queremos una Iglesia Católica unida, pero debemos mantenernos en los fundamentos", dijo Ndyanabo, el líder laico ugandés. "El Evangelio no debe cambiar en absoluto por nuestra debilidad humana", añadió.

Agencia AP