Transporte

Patinete eléctrico: ni un paso de más

Son un ingrediente más de ese cóctel muchas veces indigesto de la movilidad en las grandes ciudades. Esa tabla a motor es el gran hallazgo llamado a revolucionar nuestras calles.

Patinete eléctrico: ni un paso de más
Patinete eléctrico: ni un paso de máslarazon

Son un ingrediente más de ese cóctel muchas veces indigesto de la movilidad en las grandes ciudades. Esa tabla a motor es el gran hallazgo llamado a revolucionar nuestras calles.

Nos topamos con ellos a diario. De un tiempo a esta parte, el paisaje ciudadano se ha visto sacudido por la irrupción de unos ingenios ya conocidos como los patinetes, pero con una propulsión eléctrica que ha elevado exponencialmente su atractivo por razones de eficiencia, economía, sostenibilidad y confort. De alguna forma ha convulsionado el habitual catálogo de Vehículos de Movilidad Personal disponible en cualquiera de nuestras urbes porque sus principales cualidades encajan casi a la perfección en las demandas de los urbanitas del siglo XXI, incluidos los regidores de esas capitales, que han encontrado en ellos respuestas a retos como la calidad del aire y del transporte. A día de hoy, son la solución de micromovilidad más demandada, por delante de bicicletas (tanto eléctricas como urbanas y plegables), hoverboards y monociclos eléctricos. Si en 2018 solo un 1% de los ciudadanos recurría a ellos, ahora son más del 60%. Se trata además de una suerte de revelación transfronteriza, pues hablamos de una corriente casi general en las naciones desarrolladas.

Su rápida implantación ha conllevado problemas inherentes a un crecimiento sobrevenido difícilmente digerible en hábitats tan saturados como los de las comunicaciones en las grandes localidades. Su cohabitación con coches, autobuses, camiones y el resto de los VMP ha suscitado ya controversia y debate sobre su impacto en la seguridad vial y la necesidad de un marco regulatorio taxativo y único al respecto. Obviamente, la pérdida ya de las primeras vidas, los heridos y el número al alza de siniestros con los patinetes como protagonistas ha espoleado una reacción de las administraciones que, no obstante, es todavía confusa y poco conocida entre todos los que se mueven a diario por las calles. Hace unos días, la Fiscalía apremiaba una «necesaria» regulación de su uso, con seguro obligatorio y el establecimiento de los lugares por los que puedan circular pues está en juego la integridad física de las personas. Es obligado ponerse a ello.