Precios

Un periodista británico prueba y valora la cerveza a un euro en Benidorm: “Sentí que había cometido un robo”

Adam Maidment visitó España para comprobar la calidad de esta bebida después de que un creador de contenido la criticara

Cerveza en un chiringuito de playa
El precio de la cerveza en España llama la atención a los extranjeroslarazon

En España es barato beber alcohol en comparación a gran parte de Europa. No es un tópico, que también, sino un hecho reflejado en base a varios estudios. Uno compartido por Statitsa sobre el precio de la cerveza en las principales capitales europeas referencia bien la situación. En Reikiavik (Islandia) y Oslo (Noruega), por ejemplo, beber una cerveza de 0,5 litros en un bar o restaurante cuesta más de diez euros de media mientras que en Madrid la media está en 3,79€ la cerveza de medio litro, con solo Lisboa y Praga por debajo.

Este es el precio de las cervezas en las capitales, pero en España hay puntos donde está mucho más barata. Una de las razones es captar a un mayor número de clientes debido a la alta competencia. Un ejemplo se da en Benidorm, donde hay establecimientos que ofrecen cañas a un euro. Esto generó polémica en Reino Unido después de que un conocido creador de contenido llamado Frank the Stag Mancriticara esta bebida: "Obtienes lo que pagas, os estáis llevando lo peor". Ante esta afirmación, el medio 'Manchester Evening News' decidió enviar al periodista Adam Maidment a Benidorm a comprobar la calidad de estas cervezas a un euro.

La experiencia de un periodista con las cervezas a un euro

Adam Maidment fue contando toda la historia en primera persona durante su reportaje. Su reconocimiento de la localidad duró poco y se frenó rápido: "Prácticamente caí en el primer obstáculo e ignoré todas las advertencias después de un paseo por la playa de Levante en una tarde soleada. Quizás sea precisamente por eso que estos bares tienen cerveza a un precio tan ridículo", explicaba. Reveló el sitio donde se detuvo: "Con la intención de ir al casco antiguo, vi el bar La Parada, que ofrecía cerveza e incluso pintxos a 1€".

El periodista no se lanzó a probar la experiencia completa: "Aunque no me atreví a probar suerte con las opciones culinarias, estaba dispuesto a probar la cerveza, que era baratísima". Bromeaba con el motivo por el que se decidió a probar la cerveza: "Todo en nombre del periodismo, por supuesto". Describió la situación: "Al llegar a mi mesa en cuestión de minutos, el vasito de cerveza era prácticamente lo que esperaba: desde luego no era una pinta, ni siquiera media (quizás más de un tercio). Pero era una Amstel recién servida, así que desde luego no era la peor opción".

Describió al camarero como amable y luego preguntó a otra camarera sobre el precio. La respuesta fue sencilla: "Atrae gente". Sobre el sabor fue claro: "Al probarlo, estaba helada y sabía normal; no me dio la impresión de que estuviera diluida". Tras ello, volvió a hacer hincapié en el precio, comparando el euro con lo que valdría allí: "Lo más impresionante es que era una bebida a muy buen precio por el equivalente a tan solo 84 peniques, un precio que en ningún lugar de Manchester se plantearían cobrar".

El periodista se sintió un ladrón

Adam Maidment explica que tardó media hora en tomarse la cerveza porque una pregunta la recorría su mente: "¿Cómo pagar una cerveza de 84 peniques sin sentir que acabas de cometer un robo a plena luz del día?". Pese a que era el precio real, no se lo terminaba de creer: "El bar lo anunció, y no son los únicos que hacen esa oferta, pero me pareció una locura pagar tan poco por la cerveza".

Confiesa que tuvo varios pensamientos a la hora de pagar: "Consideré dejar el euro sobre la mesa y correr a por él para evitar tener que hacer ningún gesto de cortesía, pero me pareció de mala educación. También pensé en dar un euro más de propina para aliviar la culpa, lo cual, entiendo, es la personificación misma de un problema de primer mundo". Finalmente, dejó esas ideas atrás: "Pero, al final, fue su oferta: decidieron venderla y promocionarla para atraer clientes, y sin duda funcionó, aunque no me quedé para probar los batidos de 5 €".

Concluyó dejando un mensaje final sobre el lugar: "Aunque definitivamente no querría pasarme una tarde entera comprando cervezas de 1 €, mi tiempo en La Parada estuvo bien. Desde luego, no era uno de los locales más ruidosos de la ciudad; era tranquilo y relajado, así que seguro que hay otras opciones populares para quienes buscan ahorrar en cerveza". A eso le añadió la importancia de beber con responsabilidad, acción que a veces brilla por su ausencia.