Gastronomía
¿Por qué los italianos comen lentejas en Nochevieja?
“Ser supersticioso es de ignorantes, pero no serlo trae mala suerte”, decía el napolitano Eduardo De Filippo, uno de los mejores actores italianos del siglo XX. Y es que a través de citas como ésta se puede entender la gran variedad de costumbres y tradiciones que tienen los italianos en relación a la mala y la buena suerte. También en fin de año.
La velada de Nochevieja, para los italianos, es un escenario más de las costumbres populares transalpinas destinadas a desear un año próspero.
Así pues, el conocido como cenone di Capodanno – gran cena de Nochevieja – consta de muchos productos: vino tinto, vino blanco, turrones, pandoro, panettone, marron glacés, etc. En casa con la familia o fuera con los amigos, el menú de la cena para recibir el nuevo año varía según las tradiciones culinarias regionales, familiares y personales. Como pasa en muchos hogares de otros países.
Pero quien haya conocido algún italiano o haya asistido a una Nochevieja inmerso en la cultura navideña italiana, habrá podido comprobar un hecho muy curioso. Y es que tras la llegada de las doce en punto, en la medianoche del 1 de enero – sin campanadas en Sol, pero sí con una tradicional cuenta atrás, los italianos empiezan a sacar cucharas soperas. Después de haber tomado entremeses, primeros platos, segundos platos, dulces y haber brindado con spumante o prosecco (cava italiano) con un poco de pandoro o panettone; todos – o quien lo consiga – empiezan a comer lentejas. ¿De noche? ¿El día de Nochevieja?
Se trata de una tradición que viene de muy atrás. Es cierto que no se trata de algo obligatorio, y muchos las comen precisamente como primer o segundo plato con el cotechino, para no mezclar sabores con la llegada del 1 de enero. Pero también es cierto que se trata de una costumbre muy extendida y asociada a los buenos recuerdos en familia de quienes la siguen.
Esta peculiar tradición de comer lentejas tiene relación con el hecho de desear suerte y riqueza para el año venidero, y se remonta a la Roma Antigua. Los romanos, hace siglos, regalaban por estas fechas un pequeño bolso de cuero para atarlo a la cintura, y que estaba lleno de lentejas.
Este producto ha sido una de las primeras legumbres cultivadas por el ser humano, y entre los griegos y los romanos era un producto muy querido y cocinado.
Pero la razón de que ese pequeño bolso atado a la cintura llevara lentejas, y no garbanzos por ejemplo, conserva una simpática analogía.
Teniendo en cuenta la forma redonda y aplastada de las lentejas, el deseo era que se convirtieran, a lo largo del año, en muchas monedas.
Una forma de desear suerte y riqueza.
Siglos más tarde, los romanos de hoy, al igual que muchos otros italianos, siguen creyendo en esta simpática tradición. Mientras muchos españoles desafiarán su apetito al tragar 12 uvas al ritmo de campanadas, los itálicos – según la capacidad de cada uno a determinadas horas –, desafiarán su fortaleza gustativa haciendo un alto en el camino, entre dulce y dulce, para respetar una antigua y simpática tradición de la Antigua Roma.
✕
Accede a tu cuenta para comentar