Naufragio

A salvo los 15 tripulantes de un pesquero español tras hundirse en aguas de Irlanda

El barco 'Nuevo San Juan', con base en Burela (Lugo), naufragó en Irlanda tras sufrir un incendio

La tripulación del pesquero ‘Nuevo San Juan’ con base en Burela (Lugo), formada por 15 personas, se encuentra a salvo después de producirse la mañana del domingo un incendio a bordo del barco, que terminó hundiéndose en el Gran Sol, en aguas irlandesas, donde pescaba merluza de pincho. Tras un cortocircuito que provocó las llamas, los tripulantes abandonaron el pesquero en las balsas salvavidas.

Los pescadores fueron rescatados por otro buque que se encontraba en la zona y, desde primera hora de la tarde del domingo, estaban siendo trasladados al puerto irlandés de Castletownbere, donde se estimaba que llegarían en unas 20 horas, explicó a Efe José Basilio Otero, patrón mayor de la Cofradía de Burela y presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Otero confirmó que la tripulación está a salvo y que sólo hubo daños materiales por el hundimiento del buque.

En esas mismas aguas del Gran Sol, los 11 tripulantes del pesquero gallego ‘Piedras’, un barco de 36 metros de eslora, fueron rescatados en junio del año pasado frente a las costas de Irlanda después de que el navío sufriese una vía de agua muy difícil de taponar. El buque, con bandera británica pero perteneciente a un armador gallego, faenaba a 118 kilómetros al suroeste de cabo Mizen, en el extremo suroccidental de Irlanda.

El pesquero ‘Armaven Uno’, también con bandera británica, rescató a los 11 tripulantes, siete de ellos españoles, que pescaban en esta zona junto a compañeros marroquíes y ghaneses. Tras el rescate, Salvamento Marítimo informó que el pesquero se encontraba a la deriva con fuego a bordo y fuerte escora de babor. A pesar de que medios aéreos y marítimos irlandeses se desplazaron hasta el barco con una unidad de dos bombas de achique, el pesquero ‘Piedras’ finalmente se hundió en estas aguas irlandesas.

El siniestro del ‘Piedras’ llegó tres meses después del naufragio del pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’ en aguas de Terranova (Canadá) con 24 tripulantes a bordo, de los cuáles solo sobrevivieron tres: el patrón del barco, su sobrino y un marinero. El hundimiento del ‘Villa de Pitanxo’ fue uno de los naufragios más graves en las últimas décadas de la flota española.