Predicción
La sorprendente predicción que hizo el Papa Francisco antes de morir: "Judas traicionó a Jesús porque..."
Con esta intervención el Papa dio un giro inesperado en su interpretación del relato bíblico
El Papa Francisco ha fallecido esta mañana, víctima de las complicaciones respiratorias que venía arrastrando tras una neumonía bilateral. Tenía 88 años y, hasta sus últimos días, se ha mantenido activo en su labor pastoral. Su partida deja conmocionada a la Iglesia Católica y al mundo entero, pero también un mensaje final que ha generado sorpresa: una contundente reflexión sobre la traición de Judas Iscariote.
El pasado miércoles 16 de abril, el Vaticano compartió en su blog oficial la última prédica pública de Jorge Mario Bergoglio. Coincidiendo con el Miércoles Santo, conocido también como “el miércoles de la traición”, el Papa dedicó su homilía a uno de los pasajes más sensibles del Evangelio: la entrega de Jesús por parte de Judas. Pero fue una frase en particular la que no pasó desapercibida.
"El diablo entró en Judas", afirmó el Papa Francisco sin rodeos, marcando un giro fuerte en su interpretación del relato bíblico. Según explicó, Judas fue seducido por la oscuridad: no solo traicionó a Jesús, sino que permitió que el mal se instalara en él. Y advirtió: "El diablo es un mal pagador. Promete mucho, pero al final deja a las personas en la desesperación."
Una prédica directa y sin eufemismos
En su mensaje, el Papa fue más allá del relato evangélico y trasladó esa traición al presente. Habló de los "Judas institucionalizados" que existen hoy en día: personas que, por interés o ambición, terminan explotando a otros. También invitó a cada fiel a examinarse:
"Cada uno de nosotros tiene la capacidad de traicionar, de vender, de elegir por el propio interés", señaló.
Y dejó una pregunta inquietante, que hoy, tras su muerte, resuena con mayor fuerza:
"Tú, Judas, el pequeño Judas que tengo dentro: ¿Dónde estás?"
La lectura del día y el trasfondo de su reflexión
El mensaje estuvo basado en la lectura del libro de Isaías (50, 4-9), un texto que habla del sufrimiento y la dignidad frente a la adversidad. Francisco utilizó este pasaje para hablar del valor de mantenerse firme frente a la tentación, del dolor de la traición y de la esperanza que proviene de la fe en Dios.
"El Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido", citó el Papa, como si también hablara de su propia lucha, ya debilitado por la enfermedad.
Un legado que trasciende
Esta última prédica se suma a un pontificado marcado por la cercanía, la sencillez y el compromiso con los más vulnerables. Francisco no esquivaba los temas difíciles. Por el contrario, los enfrentaba con palabras claras y profundas, como hizo en esta última intervención que hoy cobra carácter de testamento espiritual.
Con la muerte del Papa Francisco se cierra un capítulo importante en la historia reciente de la Iglesia. Pero sus palabras, especialmente esta última reflexión, seguirán dando que hablar. Porque más allá de su interpretación sobre Judas, su mensaje fue claro: todos estamos llamados a mirar hacia adentro, a revisar nuestras intenciones y a no dejarnos seducir por lo que, aunque brillante, destruye.