Madrid
Miden la antigüedad de un escrito por su tinta
El equipo investigador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) –formado por la catedrática de Química Analítica Rosa María Alonso, la doctora Itxaso San Román del grupo Farmartem del Departamento de Química Analítica y el doctor Luis Bartolomé del Servicio Central de Análisis de Bizkaia (SGIker)– ha desarrollado el método Datink que permite determinar el periodo de tiempo que la tinta puede llevar depositada en el papel y ajustar su edad.
Además, esta técnica consigue salvar otros escollos relacionados con la cantidad de tinta depositada al escribir y el tipo de papel utilizado, ya que estas variables dificultan precisar la fecha de un documento con los métodos tradicionales. Y, por otro lado, también reduce a una el número de punciones necesarias para analizar el escrito de un documento.
Determinar la edad de un documento para conocer su legitimidad es una tarea condicionada por el tipo de papel en que se encuentra escrito, la presión del trazo -cantidad de tinta que fue depositada en el momento de escritura-, o incluso la técnica empleada. Hasta el momento, los métodos de datación documental podían indicar si el escrito era relativamente nuevo (con menos de 90 días) o más antiguo (más de dos años), sin embargo esta precisión cronológica es insuficiente para ciertos casos, sobre todo, judiciales.
Conociendo estas dificultades, el equipo de la UPV/EHU comenzó a trabajar con muestras escritas a propósito para la investigación. Para ello usaron bolígrafos BIC, una de las marcas más habituales y, por tanto, son también los más utilizados en los documentos que se someten a peritaje judicial. Cada escrito fue realizado en momentos distintos y con diferente presión del trazo de tinta, factores que pueden alterar los resultados y producir errores de datación.
Durante el proceso de envejecimiento natural de cada muestra, que tenían una edad conocida, el equipo de investigación analizó la evolución de los diferentes compuestos volátiles. En concreto, se centró en el disolvente denominado 2-phenoxyethanol (PE) que se encuentra en el 80% de las tintas de este tipo de bolígrafos (ballpoint pen).
Itxaso San Román, Luis Bartolomé y Rosa María Alonso dejaron que el compuesto químico ganara edad en condiciones normales, sin envejecerlo artificialmente como ocurre con otros métodos, y estudiaron su velocidad de evaporación. Al analizar la cinética de su desaparición, el grupo investigador estableció un patrón que relaciona el estado de la tinta con el tiempo transcurrido.
Más exactitud, menos invasivo
Tras observar esa evolución natural y una vez establecida la pauta base, el siguiente reto a superar fue comprobar la viabilidad del método en documentos escritos de forma espontánea y de los que se conocía su edad exacta, como diarios, cuadernos de laboratorios y pruebas judiciales de procesos judiciales ya cerrados. Así, el equipo usó el mismo procedimiento empleado para analizar las muestras creadas para la investigación. Y Datink también superó la prueba.
Esta técnica consiguió precisar la edad de la tinta en documentos escritos hasta cinco años antes y con un margen de aproximación de más menos 20%. Es decir, al aplicar este procedimiento de análisis el equipo puede indicar si el escrito fue escrito hace 1.500 días (algo más de cuatro años) con una margen de 300 días arriba o abajo. Hasta el momento, solo se apreciaba el paso del tiempo de manera muy general, es decir, se podía determinar si un escrito era joven (tenía menos de 90 días) o viejo (más de 2 años).
En definitiva, Datink ha superado algunos de los inconvenientes con los que se encuentra el peritaje grafológico para conocer la edad de un documento cuando utiliza otros métodos. En esos casos se producen errores muy grandes en la datación porque la clase de papel utilizado y la masa/cantidad de tinta depositada influyen en el análisis.
Así mismo, el equipo que ha desarrollado este nuevo método ha conseguido obtener resultados con partes mínimas del escrito. Frente a la gran cantidad de muestra que precisan otros métodos tradicionales para envejecer los compuestos artificialmente y analizarlos, la técnica desarrollada en los laboratorios de la UPV/EHU permite datar el escrito con los datos obtenidos de una sola punción y sin alterar los compuestos.
Así, Datink ofrece un resultado más exacto y menos dañino, intrusivo y perjudicial. No obstante, esta metodología representa una experiencia piloto que aun precisa de una investigación más profunda a la hora de evaluar los límites de aplicabilidad a distintas tintas y marcas de bolígrafos, reduciendo así sus posibles limitaciones.
Según señala Luis Bartolomé, “el interés de este método es que puede determinar con mayor exactitud la edad del trazo dibujado con un bolígrafo. Es por ello muy útil para documentos que vayan firmados ya que se puede contrastar si el cuerpo del documento, en el caso de la escritura manual, tiene la misma vejez que la firma. O también es una herramienta muy útil para datar contratos, finiquitos, testamentos u otros documentos. Su utilización hubiera podido ayudar por ejemplo a determinar el momento en el que fueron escritos los papeles de Bárcenas.”
Para desarrollar el trabajo de investigación, el Departamento de Química Analítica ha contado con la colaboración de la empresa Investigaciones Forenses Documentales LEYAS y la doctora por la UPV/EHU Magdalena Ezcurra. Esta empresa ha suministrado, además del conocimiento sobre la problemática actual en la datación de documentos, casos reales que habían sido sometidos a peritaje judicial.
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