Salud Mental
Un tercio de los universitarios en España está en riesgo de suicidio
Los problemas de salud mental o el haber sufrido violencia sexual son las principales causas, según concluye un estudio de la Universidad Pablo de Olavide
El suicidio es un problema de salud púiblica que se ha convertido en un tema de primer orden en nuestro país en los últimos tres años. La pandemia de covid dejó muy tocada la salud mental de los españoles, y eso se ha visto reflejado tanto en un incremento de la incidencia de trastornos psiquiátricos (ansiedad, depresiçon, trastornos de la conducta alimentaria, entre otros) como en el aumento de intentos autolíticos y suicidios consumados. Aún así, los investigadores refieren que la crisis sanitaria sólo sacó a la superficie un problema que se venía fraguando desde mucho antes, ya que la tendencia al alza de este fenómeno comenzó en 2018. Las cifras lo dejan claro. En 2022 fueron 4.097, lo que supuso un aumento del 2,3% respecto al año anterior, según los datos del informe 'Defunciones según la Causa de Muerte' del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2018, murieron 3.539 personas por esta causa; en 2019, 3.671; en 2020, 3.941 y, en 2021, 4.003.
En población joven, entre los 15 y los 29 años, se ha convertido en la segunda causa de muerte. La evidencia del aumento del riesgo en este grupo de edad se ha constatado en numerosos estudios sociológicos y científicos, a los que se suma ahora uno realizado por los investigadores Pastora Reina, Rosa María Díaz y Francisco Caravaca, del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Pablo de Olavide (UPO). El trabajo, Suicide Risk among University Students in Spain: Implications for Social Work, publicado en la revista 'Social Work', muestra que un tercio de los universitarios tiene o ha tenido ideas suicida a lo largo de su vida.
Si bien los resultados están en consonancia con otros estudios internacionales sobre alumnado de universidad, "es destacable la amplia población alcanzada en la investigación de la UPO, en la que han participado 2.025 estudiantes de 16 universidades españolas y de 17 grados académicos", según ha resaltado la institución y recoge Ep. Del total de personas encuestadas, la edad media era de 23,8 años, mujeres en su mayoría (74,8%) y en cuarto año de estudios (25,2%).
Entre los principales factores de riesgo, el estudio apunta hacia los problemas de salud mental, como la depresión, o haber sufrido violencia sexual. Frente a estos, los mecanismos de protección frente al suicidio pasan por mejorar la autoestima, la satisfacción con la propia vida y tener el apoyo de familiares y personas cercanas importantes. En concreto, las personas participantes que informaron haber tenido "ideación suicida" eran más jóvenes (23,3 años); menos propensas a estar trabajando (17%); y reportaron tasas más altas de violencia sexual (21,1%). Además, tenían niveles más altos de depresión (21,1%) y niveles más bajos de apoyo social percibido (57,9%) y satisfacción con la vida (12,5%).
La investigación, que forma parte de la tesis doctoral de Pastora Reina, es el segundo trabajo de la serie de la investigación sobre suicidio en la población universitaria española y avanza en el abordaje del fenómeno desde el Trabajo Social. Según explican las autoras, "este trabajo puede facilitar el diálogo reflexivo entre profesionales y responsables del ámbito universitario para avanzar en políticas que mejoren servicios de apoyo al estudiantado y permitan el diseño e implementación de nuevas acciones frente al aún desconocido y estigmatizado fenómeno del suicidio".
Dado que el suicidio es un "un fenómeno complejo y multifactorial", los investigadores defienden que la perspectiva de estudio y abordaje se amplie también al ámbito social, ya que la prevención del mismo no es un tema individual, si no que implica al grupo y a la comunidad a la que pertenecen las personas con riesgo de quitarse la vida.
Desde el punto de vista práctico, el trabajo propone medidas concretas para reducir el riesgo como son el diseño e implementación de programas de adaptación del alumnado, la promoción de apoyos naturales, la implicación en los servicios de intervención en situaciones de crisis- que vienen funcionando con buenos resultados preventivos en otras universidades- incorporar formación sobre la cultura del cuidado y sobre las habilidades de afrontamiento, y poner en marcha estrategias para reducir el estigma suicida en la comunidad. Por su parte, la postvención (etapa posterior a que suceda el hecho) implicaría, fundamentalmente, el acompañamiento durante el duelo, en este caso ante la pérdida de iguales.
Fenómeno global
El suicidio es un fenómeno que afecta a estudiantes de universidad en todo el mundo si bien son pocas las investigaciones que incluyen grandes poblaciones de estudio, un gran número de universidades y estudiantes de diferentes grados como el de la Upo. En diferentes áreas geográficas, se ha concluido que las ideas, la planificación y los intentos suicidas en los universitarios representan un riesgo real. Esta investigación recoge cifras como las de Estados Unidos, donde entre el 6% y el 25% de la población universitaria está en riesgo; África, donde estop sucede en una cuarta parte de los y las estudiantes; Asia, en uno de cada 10; o países latinoamericanos como México, donde las tasas oscilan entre el 1% y el 8%.
Los datos en Europa alertan de que, por ejemplo, en algunas universidades británicas, las ideas, la planificación y los intentos suicidas afectan, aproximadamente, al 40% del estudiantado; al 7% en Noruega; y al 11,5% en Austria.
Urgencia real
Por otro lado pero en la misma línea, el análisis de riesgo en la población joven (universitaria o no) ha sido objeto de estudio en múltiples investigaciones en los últimos cinco años. Una de las más recientes es el "Informe sobre la Evolución del suicidio en España en la población infantojuvenil (2000-2021)", realizado con los datos de mortalidad del presente milenio del INE por el investigador principal del Grupo de Investigación en Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Universidad Complutense de Madrid, Alejandro de la Torre, junto a investigadores del Cibersam.
Una de las conclusiones más importantes del trabajo fue que entre 2019 y 2021 se observó un aumento significativo del número de suicidios en adolescentes del 32,35% (pasando de 34 a 45 fallecidos), y que la pandemia no era factor que podía explicarlo. "La tendencia creciente que se ve de mortalidad por suicidio en España desde 2018 parece ser también la tendencia en adolescentes", señalaba el Informe.
En él se exponía también que la tasa de mortalidad por suicidio estandarizada por edad en adultos jóvenes (18-29 años) en 2021 fue de 10 por cada 100.000 habitantes. En relación con la distribución por sexo, de los casos registrados en este grupo de edad, un 81.5% fueron hombres. Si se tiene en cuenta la nacionalidad, un 78.6% de los suicidios fueron llevados a cabo por personas nacidas en España. En relación con la distribución geográfica, se registran tasas superiores a 7 casos de suicidio por cada 100.000 habitantes en cinco provincias (tasas crudas, no estandarizadas), que, de mayor a menor tasa de suicidio, serían: Ávila (11.67 por cada 100.000 habitantes), Melilla (9.24 por cada 100000 habitantes), Palencia (8.24 por cada 100.000 habitantes), Navarra (7.12 por cada 100000 habitantes) y, La Coruña (7.05 por cada 100.000 habitantes).
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