Pacientes

Tratamientos que prolongan el doble la supervivencia

No todos los fármacos que activan el sistema inmune sirven para cualquier paciente

La Razón
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Dentro de los nuevos tratamientos contra el cáncer, los inmunológicos están resultando especialmente prometedores. Como explica Jesús García-Foncillas, director del Instituto Oncológico del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en la inmunoterapia intervienen «dos grandes conjuntos de células: por un lado, las tumorales, cuya eliminación es el objetivo del tratamiento, y por otro, las del sistema inmunológico». En una situación normal, hay un equilibrio entre ambas. Pero cuando se pone en marcha el cáncer metastásico, «en algún momento se ha producido una pérdida de la funcionalidad del sistema inmunológico. En su misión de vigilar la puesta en marcha de tumores, no ha sido suficientemente activo. El equilibrio se rompe». Así, el objetivo de la inmunoterapia consiste en reactivar este sistema.

Los primeros fármacos aprobados llegaron hace ahora un año. Concretamente, estaban indicados para el melanoma y el cáncer de pulmón. ¿Los resultados? «Los datos son muy claros. Consiguen prolongar la supervivencia del paciente a más del doble que con otras terapias, como puede ser la quimioterapia», dice García-Foncillas.

Muchos tratamientos son precoces, pero apuntan a la misma dirección. Mariano Ponz-Sarvisé, de la Unidad de Oncología Gastrointestinal de la Clínica Universidad de Navarra, señala los trabajos que se están realizando en torno a los linfocitos T, células encargadas de coordinar la respuesta inmune. A día de hoy, se están extrayendo a pacientes con cáncer, se modifican genéticamente en los laboratorios para que recuperen su función, y se vuelven a inyectar en los pacientes «como si fuera una vacuna».

Estas células constituyen precisamente uno de los campos de trabajo de los médicos del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. «Los linfocitos T cuentan con otros que frenan su acción antitumoral, llamados linfocitos T reguladores. Hoy, nos interesa poner en marcha tratamientos que bloqueen a estos últimos. Y hemos visto que, al cerrar el paso a una de sus moléculas, esa freno no se produce», asegura García-Foncillas. Hoy se cuenta, además, con medicamentos capaces de activar una proteína clave de los linfocitos T, de forma que se vuelven «más activas contra el tumor».

Ahora bien, el médico del hospital madrileño subraya que estas terapias, «siendo muy prometedoras, no son inocuas. Los tratamientos suponen una activación tal del sistema inmunológico que pueden provocar una toxicidad con riesgo para la vida. Hay que ser muy cuidadosos en la selección de los pacientes. No todos los tumores ni todos los pacientes son candidatos», afirma García-Foncillas. Por eso, a través del estudio de su sangre, el centro se encuentra inmerso en las primeras investigaciones para determinar quiénes se pueden beneficiar más de este tipo de tratamientos. «Un tumor es muy dinámico: ahora puede tener muy poco que ver con cómo era hace tres meses», señala.