Crimen de Asunta
Tres hipótesis
Hace apenas una semana sólo se contemplaban dos o tres hipótesis «verosímiles», dentro del desconcierto generado por el secreto del sumario, sobre el cómo y el porqué del crimen de la niña santiaguesa Asunta Basterra. La detección de restos biológicos en su camiseta, al parecer uno de semen, obliga necesariamente a introducir en el análisis del tema una nueva posibilidad: el factor sexo, aunque la joven, según la autopsia, no fue violada. Desde un planteamiento criminológico, esa mancha específica puede ser fruto básicamente de tres acciones: que corresponda a la realidad aún ignota; que sea producto de un ardid para despistar a los investigadores; o que se haya originado por transferencia involuntaria, en cuyo caso más que de una mancha se trataría de un residuo detectado en el laboratorio. Si a ello le unimos el hecho de que no acaba de cuadrar la aparición del cadáver con los movimientos conocidos de los padres, la hipótesis a estudiar es evidente: ¿existe una tercera persona en torno al crimen? Señalar, asimismo, una cuestión importante: la ausencia de señales defensivas en el cuerpo de la niña, lo que objetiva que se le quitó la vida de tal modo que no pudo protegerse, ya fuera por asfixia externa, como consecuencia de la altísima dosis de lorazepan administrada o porque, en cualquier caso, se la ató de pies y manos para evitar forcejeos.Conociendo la sagacidad del juez Vázquez Taín, con quien he conferenciado alguna vez en la UNED, el levantamiento del secreto del sumario dará titulares a cinco columnas. Seguro.
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