Acoso sexual
Una activista denuncia la "zona de exclusión"de las clínicas de EE UU
Eleanor McCullen, de 77 años, dedica un par de mañanas a la semana a acudir a las clínica abortista de Planned Parenthood en Chicago para intentar persuadir a las mujeres antes de que decidas interrumpir su embarazo. Sin embargo, no tiene libertad de movimientos. La clínica tiene pintada una línea que forma un semicírculo para delimitar la zona de exclusión para antiabortistas, aprobada por una ley de 2007. McCullen considera que esa línea es intimidante y que viola sus derechos fundamentales, sobre todo uno, el de la libertad de expresión. Por ello, ha denunciado la situación y tendrá la oportunidad de explicarse ante el juez el próximo miércoles, según publica "The New York Times".
La fiscal general del estado, Martha Coakley, dijo que la zona de exclusión de 35 metros cuadrados era una respuesta necesaria a la situación de acoso y violencia que sufrieron las clínicas abortistas de Massachusetts, incluidos los tiroteos de dos de los centros en 1994. "Esta ley es una forma de lograr seguridad pública. Está muy bien trabajada", dijo Coakley. En opinión de la fiscal, no hay razones para pensar que la ley es incostitucional, a la luz de otra sentencia del año 2000 sobre un caso similar en Colorado. Sin embargo, la Justicia ha cambiado su forma de interpretar estos hechos desde entonces y cada vez es más favorable a las demandas de libertad de expresión.
El pasado miércoles, la Sra. McCullen dijo que la ley ha frustrado sus intentos de hablar con las mujeres entrar en la clínica. Ella, que no faltó a su cita con la clínica a pesar de que el termómetro marcaba siete grados bajo cero, dijo que tenía sólo unos minutos para tratar de contactar con las mujeres antes de que entraran en el edificio. A sus 77 años, considera que no representa ninguna amenaza. "Soy una madre y abuela bajita y gordita".
A pesar del establecimiento de la zona de exclusión, esta incansable mujer ha logrado persuadir a más de 80 mujeres, a pesar de que la prohibición de acercarse al edificio le ha costado perder cinco o seis oportunidades de contactar con embarazadas cada día. La ley prohíbe entrar o permanecer en las zonas de exclusión pero hay excepciones para las personas que entran o salen del edificio, las personas que usan la acera para ir hacia otro lugar.
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