Cáncer

Venceremos

La Razón
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El cáncer. Siempre ahí. Innombrable cuando se acerca a alguien a quien queremos. Con sus días y sus muertes. Pero también con las victorias que le roban el poder. Acabé este pasado año con una de ellas. La de mi amiga Paloma. El suyo era un cáncer feo, de nombre raro y de pocas esperanzas. Pero tal vez sus ganas, su luz o su rebeldía le hicieron plantarle cara a la enfermedad. Y se salvó. Está curada. Como lo leen. Y no solo ella, sino todas mis amigas. Charo, Inés, Kaliah, Paloma, Carmen, Virginia, Eva, Sandra... todas cruzaron la frontera y dejaron a sus cánceres en el recuerdo. Un recuerdo duro, por cierto, porque parece que el mal siempre acecha y que, una vez te toca, le perteneces un poco para siempre. Sin embargo, ya no tiene por qué ser así. Aunque siga atacando sin piedad por todas partes y cada vez aflore en más tipos de personas (hombres, mujeres, adultos, jóvenes, ancianos, niños), su aparición ya no es una condena de muerte. Cuando alguien pierde la batalla, como en el caso de Bimba Bosé, una luchadora que con 41 años fue derrotada tras combatir con total intensidad y con los deseos de vivir multiplicados en sus hijos y en su pareja, se nos encoge el corazón. Pensamos, de pronto, que el cáncer vuelve a ser invencible y que merodea a nuestro lado dispuesto a atacarnos a nosotros o –peor aún– a los nuestros. Sin embargo, debemos saber que, en realidad, estamos cercados por mil y un peligros de la misma envergadura y que lo que hay que hacer es prevenir, vivir sin miedo y, si nos toca, luchar. Porque estamos rodeados, sí, de cánceres de todo tipo. Pero cada vez conquistamos más terreno. Y al final, sin duda, venceremos.