Inteligencia artificial
ChatGPT ayuda a una mujer a ganar 150.000 dólares en la lotería
¿Quién no sueña con tener un golpe de suerte que le arregle la vida? ¿Y si la IA puede servir para ello? Alerta: no lo hace, o al menos no en relación a juegos de azar
De los asistentes de inteligencia artificial uno puede esperar que le ayuden a buscar alguna información o que le sirva de soporte para agilizar o realizar una tarea. Lo que resulta más extraño es acudir a la “sabiduría” de un chatbot con la aspiración de que nos pueda hacer millonarios de manera rápida y sencilla, aunque seguro que es un prompt recurrente. Y para eso no hay nada más rápido que los juegos de azar.
Lo que sucede es que los juegos de azar no son una ciencia ni un área de conocimiento o algo que se pueda aspirar a conocer como para ganarle a la banca, que todo el mundo sabe que siempre gana. Sin embargo, Carrie Edwards, una mujer de Virginia, en Estados Unidos, optó por dejar en manos de ChatGPT la elección de los números de un boleto de lotería. Tal vez no con intención de que le diera la combinación ganadora, aunque, curiosamente, eso fue lo que sucedió: resultó ganadora de un premio de 150.000 dólares.
El azar sonríe a ChatGPT
Dejar las cuestiones económicas en manos de ChatGPT no es algo aconsejable en términos generales, y existen ejemplos que lo atestiguan. En este caso, la señora Edwards, tal como recoge el New York Post, comenzó una conversación con ChatGPT en la que tampoco parecía haber una intención real ni una creencia por su parte acerca de la solicitud, que parece hecha a vuelapluma: “ChatGPT, háblame… ¿Tienes mis números?”, reconoció la agraciada.
La sorpresa para la mujer de Virginia llegó días después, cuando recibió una notificación a través de su teléfono móvil. En ella, le informaban de que había resultado ganadora en el sorteo del juego de azar Powerball celebrado a comienzos de mes y cuyo premio ascendía a 150.000 dólares. Sorpresa mayúscula y alegría que la señora Edwards decidió compartir con algunas organizaciones sin ánimo de lucro.
Y es que Carrie Edwards perdió a su esposo el año pasado a causa de una demencia y tuvo la sensación de que ese premio era algo que el destino ponía en su mano para poder ayudar a sufragar investigaciones sobre ese tipo de dolencias:
“En cuanto recibí esa bendición divina, supe exactamente qué hacer con ella. Y supe que debía darlo todo, porque he sido muy bendecida, y quiero que esto sea un ejemplo de cómo otras personas, cuando son bendecidas, pueden bendecir a otras”
Un ejemplo de altruismo que la señora Edwards llevó a cabo sabedora de que todo lo sucedido fue fruto de la suerte y que ChatGPT no pudo, de modo alguno, adivinar la combinación ganadora del sorteo. Como sucede cuando uno entra en una administración de lotería y pide que le hagan una apuesta aleatoria para el juego que se celebre esa noche, lo mismo fue lo que sucedió en este caso, aunque quien generó los números fue un chatbot que en ningún caso tiene esa capacidad, así que mejor evitar tratar de demostrar lo contrario si uno quiere conservar su capital.