Hogar

Los frigoríficos del futuro no tendrán gas, solo gomas elásticas

Investigadores exploran el efecto twistcalórico para crear frigoríficos sin gas, compactos y sostenibles

Un prototipo con alambres de níquel-titanio demuestra que el futuro del frío puede ser limpio y eficiente
Un prototipo con alambres de níquel-titanio demuestra que el futuro del frío puede ser limpio y eficientedifoosion

Imagina abrir la nevera dentro de unos años y descubrir que ya no depende de gases contaminantes ni de sistemas voluminosos.

El frío vendrá de algo tan cotidiano y que puede haber en la mayoría de hogares como una goma elástica.

Esa es la idea que están explorando unos investigadores chinos con una tecnología que han bautizado como efecto twistcalórico.

El frío que nace de una goma elástica

El principio es sencillo de entender si alguna vez estiraste una goma y la acercaste a los labios cuando eras joven: al tensarla se calienta, al soltarla se enfría.

Los ingenieros han llevado ese fenómeno al laboratorio y lo han potenciado añadiendo torsión al estiramiento.

Dando así como resultado un sistema capaz de generar variaciones de temperatura de hasta 15 grados, con una eficiencia comparable a la de los frigoríficos que todos tenemos en casa.

Para demostrarlo, construyeron un prototipo sorprendente, dando forma a un microfrigorífico del tamaño de un cartucho de tinta.

Usando para ello alambres de níquel-titanio, con los que lograron enfriar un pequeño depósito de agua en cuestión de segundos.

Un experimento que muestra que el futuro del fríopuede ser compacto, limpio y mucho más sostenible.

Hasta ahora, el gran problema de los sistemas elastocalóricos era el espacio, y es que para que funcionaran, una goma debía estirarse hasta siete veces su tamaño original, algo poco práctico.

La tecnología twistcalórica resuelve esa limitación, ya que al combinar torsión y estiramiento consigue el mismo efecto en la mitad de espacio.

Pero recalcar que aún ahora estos investigadores la están llevando a cabo. Esta idea no salió de la nada: un equipo de la Universidad Técnica de Dinamarca fue pionero en aplicar el efecto elastocalórico con alambres de níquel-titanio.

Estos científicos ya habían trabajado antes en refrigeración magnetocalórica y decidieron explorar esta alternativa más eficiente.

Su objetivo era fuera de planeta, y es que querían diseñar un sistema que pudiera funcionar incluso fuera de la gravedad terrestre, útil para controlar la temperatura en misiones espaciales.

Y aunque la idea es muy buena, ahora el reto es superar la llamada fatiga de materiales, es decir, el desgaste que provoca retorcer y estirar repetidamente.

Pero si estos ingenieros logran resolverlo, estaremos ante una revolución silenciosa, dando vida a unos frigoríficos sin gas, más compactos,capaces de funcionar en la Tierra y en el espacio.

Y es que visto esto, se puede decir que lo que parecía un experimento curioso con gomas elásticas se está convirtiendo en una propuesta real para transformar la manera en que conservamos los alimentos y controlamos la temperatura.

Un futuro en el que el frío no dependerá de compresores ni de gases contaminantes, sino de la física más simple que conocemos aplicada con ingenio.