Astronomía

La ESA intercepta a 3i/ATLAS en su camino a Júpiter

La sonda JUICE apunta al cometa interestelar y podría revelarnos más de su origen y su composición.

3I/ATLAS
La soonda JUICE captó una imagen de 3I/ATLASESAESA

Una sonda europea en viaje a Júpiter ha captado imágenes de 3I/ATLAS, con signos claros de actividad. No solo eso: los instrumentos de la misión podrían revelar por primera vez la composición química exacta, la dinámica y los secretos internos de este visitante venido de otra estrella.

En noviembre de 2025, la sonda JUICE enfocó su mirada hacia 3I/ATLAS, combinando la cámara de navegación con varios sensores científicos. Aunque estaba diseñada para estudiar lunas heladas de Júpiter, la misión demostró su flexibilidad para investigar un objeto interestelar. El primer resultado llegó antes de lo esperado: al descargar apenas una fracción de la imagen capturada por la cámara NavCam, los científicos observaron la coma, el halo de gas alrededor del cometa, y dos colas distintas: una de plasma (gas ionizado) y otra, más tenue, compuesta por partículas de polvo.

La presencia simultánea de ambas colas confirma que 3I/ATLAS está en un estado de actividad intensa, probablemente liberando grandes cantidades de gases y polvo justo después de pasar por su perihelio, el punto más cercano al Sol.

Pero lo más interesante aún no ha llegado. Los datos recopilados por cinco de los instrumentos científicos de JUICE (entre ellos espectrómetros, cámaras de alta resolución y sensores de partículas) están programados para ser enviados a la Tierra entre el 18 y el 20 de febrero de 2026. Gracias a ellos, los científicos esperan poder responder algunas de las preguntas más antiguas sobre 3I/ATLAS: ¿de qué está hecho? ¿Qué gases hay en su coma? ¿Cuánto polvo expulsa? ¿Qué tipo de actividad muestra su núcleo? JUICE lleva a bordo una muy potente carga científica, una de las más sofisticadas lanzadas al sistema solar exterior.

Cámara JANUS: permitirá obtener imágenes nítidas del cometa, detallando su morfología y estructura. En el caso de los satélites de Júpiter logra resoluciones de metros por píxel, lo que ya da una idea de su capacidad de observación.

Espectrómetros MAJIS y UVS (y también SWI): analizarán la luz reflejada y emitida por el cometa en varios rangos (visible, infrarrojo, ultravioleta, submilimétrico). Con eso los científicos podrán identificar moléculas, hielos, gases, por ejemplo: agua, monóxido de carbono, dióxido de carbono, compuestos orgánicos, y saber, con más exactitud, la composición de su coma.

Instrumentos de partículas y plasma (PEP, RPWI, J-MAG… ): medirán el entorno de gas y partículas cargadas; muy útil para comprender la cola de plasma, cómo reaccionan los gases bajo la radiación solar y cómo el viento solar interactúa con el cometa.

Si las mediciones confirman una composición rica en hielos volátiles, como parece sugerir un estudio reciente con telescopios terrestres e infrarrojos que detectó una coma dominada por CO₂ e indicios de agua, hielo y polvo, 3I/ATLAS podría representar una clase de cometa muy diferente a los más comunes de nuestro sistema solar.

Esto no solo es importante desde el punto de vista científico, sino desde una perspectiva cósmica: analizar un objeto interestelar activo con instrumentos diseñados para misiones planetarias permite comparar directamente compuestos formados en otro sistema estelar con los que conocemos en el nuestro.

Hasta ahora, 3I/ATLAS es uno de los pocos objetos interestelares confirmados que visitan nuestro sistema solar. Cada dato que podamos extraer de él será único. Y, a diferencia de un asteroide inactivo, 3I/ATLAS está liberando gases, hielo y polvo: es como si trajera consigo sus propias anotaciones químicas de un origen lejano.

El hecho de que JUICE, una misión pensada para explorar lunas de Júpiter, haya podido adaptarse para observar este cometa es en sí mismo un símbolo de la flexibilidad de la exploración moderna.

Si los datos confirman expectativas, 2026 podría marcar un antes y un después en nuestra comprensión de lo interestelar. No sabremos solo que existen cometas fuera; sabremos de qué están hechos, cómo reaccionan al Sol y qué historia cósmica cargan.Por ahora, quedamos a la espera. Lo único cierto es que, gracias a JUICE, por primera vez quizás estamos en condiciones de leer un mensaje traído de otro sistema solar.

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