Sostenibilidad
La genial solución de Google al problema energético de la IA: apagar tareas no urgentes en sus centros de datos para ayudar a la red eléctrica
Google impulsa la capacidad de demanda flexible en sus infraestructuras para gestionar el considerable crecimiento del consumo eléctrico motivado por la inteligencia artificial
Hace tiempo que los debates sobre la inteligencia artificial se centran en dos áreas: por una parte, la necesidad o no de establecer ciertos límites o controles en el desarrollo de sus capacidades. Por otra, el impacto que dicha tecnología tiene a efectos de consumo de recursos como energía y agua.
Frente a opiniones como la de Sam Altman, que considera que la propia evolución de la inteligencia artificial dará una solución al problema de producción energética y consumo hay quienes mantienen ciertos temores. Y ante ellos, nada mejor que buscar soluciones, tal como está planteando el gigante tecnológico Google, quien acaba de hacer público nuevos acuerdos para flexibilizar el consumo energético de sus centros de procesamiento de datos.
Responder a la demanda energética desde los centros de datos
Esta estrategia permite a Google ajustar o reducir el consumo eléctrico durante períodos específicos, lo que supone una ventaja frente al aumento de la demanda de electricidad. Con ello, la firma con sede en Mountain View no solo facilita una interconexión más ágil de las grandes cargas eléctricas, sino que también contribuye a disminuir la necesidad de construir nuevas infraestructuras de generación y transmisión. Además, optimiza la gestión de las redes por parte de los operadores.
El camino para lograrlo lo sigue Google, tal como ha hecho público a través de su blog empresarial, merced a dos nuevos acuerdos con dos compañías eléctricas estadounidenses como Michigan Power (I&M) y Tennessee Valley Authority (TVA) que ofrecerán una gestión eficaz de los recursos de generación y transmisión.
Estas alianzas marcan la primera vez que la compañía aplica la respuesta a la demanda de centros de datos, específicamente a las cargas de trabajo de aprendizaje automático, y tratan de replicar la demostración efectuada por Google junto al Distrito de Energía Pública de Omaha (OPPD), en la que lograron reducir la demanda de energía asociada a las cargas de trabajo de aprendizaje automático durante tres eventos de alta demanda de la red en el transcurso de 2024.
Las primeras tareas informáticas no urgentes que Google optó por reubicar durante esos episodios fueron por ejemplo el procesamiento de vídeos de YouTube. En momentos de alta demanda se priman las tareas más importantes y se aparcan aquellas que la compañía no considera prioritarias, logrando así descongestionar la red eléctrica en momentos en que ésta se encuentra saturada.
Por supuesto y al tratarse de una iniciativa que todavía se encuentra en sus compases iniciales tan solo se encuentra disponible en determinadas ubicaciones y no se pueden ignorar las limitaciones que presenta en cuanto a la flexibilidad que un centro de datos puede ofrecer, dado que la alta fiabilidad es crucial para servicios esenciales como Búsqueda, Mapas o las soluciones de la nube para industrias como la sanitaria.
Pese a todo, se trata de una línea de actuación en la que Google confía de cara a flexibilizar la demanda energética gracias a la incorporación de las cargas de trabajo de aprendizaje automático. Los acuerdos establecidos servirán para ir comprobando la viabilidad de la idea y para continuar estableciendo nuevas alianzas con las que impulsar un sistema energético limpio, respaldar la fiabilidad de la red eléctrica y reducir los costes, algo que Google señala como compromiso propio en su comunicado.