Esquí
La locura tecnológica que quiere llevar el esquí infinito a la ciudad con una "rueda de hámster" gigante
Una empresa australiana planea revolucionar el esquí urbano con túneles giratorios de nieve real que simulan pendientes infinitas
¿Es posible esquiar sin montañas, sin desplazamientos y sin estaciones de invierno? Snowtunnel, una startup australiana liderada por Scott Kessler, cree que sí. Su propuesta: una serie de túneles de esquí giratorios gigantes, diseñados para ofrecer la experiencia de deslizarse sobre nieve virgen en plena ciudad.
El concepto rompe con el modelo tradicional de esquí indoor, que requiere instalaciones masivas, como el complejo Huafa Ice and Snow World en Shenzhen, China, con una pista de 441 metros y un desnivel de 83 metros. “¿Cómo se suele organizar el esquí indoor? Grandes edificios, enormes salas climatizadas con cámaras frigoríficas, pistas lo más largas posible y remontes de gran tamaño”, explica Kessler. “Alta inversión de capital, grandes extensiones de terreno, normalmente alejadas de los núcleos urbanos”.
Frente a eso, Snowtunnel propone una solución más compacta y eficiente: un cilindro giratorio de 12,5 metros de diámetro y 16 metros de ancho, que simula una pendiente infinita. “Es bastante parecido a surfear una ola”, dice Kessler. El túnel gira hacia el usuario, que maniobra de lado a lado como lo haría en una pista real. La velocidad es controlada por un conductor, y puede alcanzar hasta 50 km/h, dependiendo del nivel del esquiador.
Cada túnel ofrece entre 70 y 100 mm de nieve real recién pisada, generada por cañones de nieve y mantenida gracias a una estructura interna que evita que se desplace. “Usamos nieve real, y la estructura retiene la superficie para que quede al mismo nivel o por encima del suelo”, explica Kessler. Además, los túneles incluyen pórticos protectores para evitar que la nieve caiga sobre los usuarios.
La tecnología detrás de Snowtunnel proviene en parte de la industria minera, adaptada a los estándares de seguridad de atracciones recreativas. El primer prototipo, construido a mano, utilizaba una superficie de hielo refrigerada con glicol. Hoy, Snowtunnel cuenta con una versión a escala 1/6 que demuestra la viabilidad del sistema con nieve acondicionada y rotación controlada.
El proyecto está diseñado para ser modular y transportable, con piezas tipo Lego que permiten su envío a cualquier parte del mundo. Se espera que el primer parque Snowtunnel abra en 2027, probablemente en Australia, con una instalación que incluirá una pista cubierta tradicional, zonas de juego, alquiler de equipos y una oferta gastronómica alpina en un área après-ski con chimenea.
Aunque el esquí indoor puede parecer una experiencia menos auténtica que deslizarse por una montaña real, Kessler defiende su propuesta como una forma de democratizar el acceso al deporte, especialmente en zonas urbanas. “Nadie más lo ha hecho antes; es una idea bastante singular”, afirma.