Procesadores
Nvidia salva a Intel con una inversión de 5.000 millones de dólares de la que ambos esperan salir reforzados
El capital irá destinado a una colaboración mediante la cual Intel ayudará a Nvidia en el desarrollo de sistemas en chip (SoC) x86 con la que pretende reforzar la colaboración previa de cara a la competencia en el mercado con AMD
Nvidia ha realizado una inversión pensando tanto en el beneficio propio como en la ayuda a una empresa con la que tiene estrechos lazos de colaboración. Se trata de Intel, a la que la firma que dirige Jensen Huang aportará 5.000 millones de dólares a través de la adquisición de acciones de la compañía.
Este movimiento establece una sinergia estratégica para el desarrollo conjunto de varias generaciones de productos destinados tanto a centros de datos como a ordenadores personales. La operación se enmarca en una etapa de importantes cambios en el sector tecnológico y para Intel supone sumar una nueva inyección económica tras la obtenida el pasado mes de agosto por parte de Softbank.
La estrategia conjunta frente a la competencia
Esta alianza contempla que Intel asistirá a Nvidia en la fabricación de sistemas en chip (SoCs) basados en la arquitectura x86, los cuales integrarán chiplets de GPU Nvidia RTX. Dichos componentes están diseñados para potenciar una amplia gama de equipos informáticos, al conseguir una integración más estrecha entre las CPU de Intel y las GPU de Nvidia.
Aunque ambas empresas ya colaboran en portátiles para videojuegos, esta iniciativa va un paso más allá al combinar ambas tecnologías en un único SoC, cuestión que fortalece su vinculación. Por otro lado, la inyección de capital por parte de Nvidia llega en medio de dificultades para Intel, que han implicado recortes de gastos y miles de despidos y refleja la necesidad de apoyos estratégicos para el fabricante de semiconductores.
Esta colaboración, de la que se hizo eco la publicación The Verge, es vista como un movimiento para plantar cara a AMD, que ha estado ganando cuota de mercado con sus procesadores de sobremesa para videojuegos y una variada oferta de procesadores para portátiles con inteligencia artificial. Además, el acuerdo suscita interrogantes sobre el futuro de la división de tarjetas gráficas Arc de Intel, si la compañía empieza a depender de la pericia de Nvidia.
En este sentido, Nvidia e Intel también trabajarán conjuntamente para conectar sus arquitecturas a través del sistema de enlace de comunicaciones NVLink de Nvidia, utilizado en centros de datos para entrelazar GPUs.
Intel fabricará CPU x86 personalizadas para Nvidia, que esta última integrará en sus plataformas de inteligencia artificial y pondrá a disposición del mercado. Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha manifestado que esta fusión estrecha el ecosistema de IA de Nvidia con las CPU de Intel y el amplio ecosistema x86, sentando las bases para una nueva era.
De igual modo, la inversión de Nvidia en Intel se produce en un contexto donde la primera ya ha estado trabajando con MediaTek para desarrollar una unidad de procesamiento acelerado (APU) que combine una CPU basada en Arm con la arquitectura Blackwell de GPU de Nvidia. Tras el anuncio, las acciones de Intel experimentaron un salto en bolsa del 28 por ciento en las operaciones previas al mercado.