Radioastronomía
La NASA investiga una extraña señal de radio proveniente del Sol
"Esta es la primera vez que alguien hace volar un radiointerferómetro en el espacio de forma controlada, se trata de un experimento pionero”, explican desde la agencia espacial.
Las tormentas solares de los últimos meses han hecho que cierto lenguaje astronómico ya no nos suene tanto a galimatías. Uno de esos vocablos es la eyección de masa coronal o CME por sus siglas en inglés. Esto ocurre cuando la superficie del Sol entra en erupción de forma semirregular. Y nos afecta directamente. Algunas de estas erupciones tienen el ancho de la Tierra, pero otras pueden ser hasta 50 veces más grande que nuestro planeta, según la NASA. A eso hay que sumarle su temperatura (por encima de los 10 millones de grados, más caliente que la superficie del Sol) y la velocidad: hasta 3000 km/s, lo que les permite llegar a nuestro planeta en tan solo 15 a 18 horas. Por si todo esto fuera poco, allí también se esconden unas extrañas señalas de radio.
Los científicos saben que la fuente de estas ráfagas de radio se encuentra en algún lugar dentro de las CME, pero estas erupciones solares son enormes. Para aclarar el misterio, la NASA ha lanzado una nueva misión llamada Experimento de Interferometría de Radio CubeSat (CURIE) para investigar estas ráfagas de radio mediante el despliegue de un par de pequeños satélites en órbita alrededor de la Tierra que las medirán por separado.
"Esta es una misión muy ambiciosa y emocionante – explica en un comunicado, David Sundkvist, científico principal de CURIE -. Esta es la primera vez que alguien hace volar un radiointerferómetro en el espacio de forma controlada, por lo que es un pionero para la radioastronomía en general”.
La misión CURIE consta de cubesats gemelos (satélites muy pequeños, del tamaño de una caja de zapatos) llevados a órbita a bordo del cohete Ariane 6 de la Agencia Espacial Europea, que acaba de ser lanzado el martes.
El plan es desplegarlos a unos 500 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, donde utilizando antenas duales de dos metros y medio, los satélites podrán escanear ondas de radio entre 0,1 y 19 megahercios que de otro modo serían absorbidas por la atmósfera superior de la Tierra.
Lo más importante es que los satélites también se desplegarán a una distancia de aproximadamente 3 kilómetros entre sí. Al medir las diferencias extremadamente pequeñas en el tiempo que tardan las señales de radio en llegar a cada satélite, los científicos intentarán calcular con precisión de dónde provienen.
Hay buenas razones para invertir en los detalles de eventos solares como las CME. Junto con sus enormes bombardeos de material solar, también envían poderosos campos magnéticos que pueden afectar a los planetas del sistema solar de formas que quizás aún no comprendamos.
En la Tierra, los campos magnéticos causan estragos en nuestra atmósfera (a veces con resultados atractivos como las auroras boreales), pero también pueden alterar gravemente la infraestructura electrónica y las comunicaciones. Las CME pueden ser difíciles de predecir y su relación con las erupciones solares (explosiones que envían poderosas ráfagas de radiación al espacio) no está clara.
CURIE es un experimento novedoso y, con suerte, marcará un paso adelante en las observaciones espaciales de nuestro Sol que allanará el camino hacia una mayor comprensión del papel que tienen los estallidos del Sol en el sistema solar.
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