
Estreno
«Fubar»: papi ha vuelto a golpe de tango
►Netflix acaba de estrenar la segunda temporada de esta serie de acción protagonizada por Schwarzenegger

Luke Brunner había conseguido un equilibrio en su vida. Tras recuperar a su exesposa después de 15 años separados, y conseguir que su carrera de espía vuelva a su cauce tras colaborar con su hija (también de la CIA), pensó que podría normalizar su existencia pero se complicó mucho más. La segunda temporada de «Fubar» llega hoy a Netflix en el mismo punto en el que nos quedamos con el final de la primera, con toda la familia, el equipo de agentes y una víctima colateral en una furgoneta con rumbo a ninguna parte.
Arnold Schwarzenegger le tiene cogido el punto al mundo del espectáculo y una prueba de ello es «Fubar», que recordemos que escuchamos ya en «Tango y Cash» de 1989, y es un acrónimo militar de «Fucked Up Beyond All Recognition» («jodido hasta lo irreconocible»). La serie no solo es una excusa para seguir matando malos (en la ficción) con total impunidad, regalar algunas de sus frases más míticas, y, ya de paso, hacer un poco de autocrítica sobre su estatus de mega estrella del celuloide. En la primera temporada ya nos dieron las pinceladas principales de lo que sería la serie invariablemente de su temporada. Lo primero a destacar el disfuncional equipo de espías a las órdenes de Brunner (Schwarzenegger). Su hija Emma (Monica Barbaro), es igual que su padre, tenaz, cabezota, resuelta, profesional y mortal; el cachas del grupo, Aldon (Travis Van Winkle), lo mismo de guapo que de simple, pero resuelve cualquier situación física; Roo, una auténtica joya interpretada por Fortune Feimster, una agente con capacidades pero lenguaraz, irreverente y con alergia a la cadena de mando; el tío Barry (Milan Carter), el cerebrito tecnológico para las misiones, Tina (Aparna Brielle), la especialista en bases de datos que trabaja en la NSA, y Dot (Barbara E. Harris), jefa regional de la Central de Inteligencia. Aunque externo al equipo, no podemos olvidar al doctor Pfeffer (Scott Thompson), especialista en radiografiar cerebros. Son como un coro en el que todos chirrían con sus instrumentos pero cuando se afinan la melodía es una fantasía.
Dadas las circunstancias de la última misión, todos residen en la misma casa en el norte de Nueva York, dependiente del departamento de testigos protegidos. Pero hay tanta gente implicada que también se han unido Tally Brunner (Fabiana Udenio), exesposa de Luke, Don Andy Buckley), el exprometido de la susodicha y Carter (Jay Baruchel), novio de Emma que desconoce la doble vida de ella. Pronto la casa se queda pequeña para tanto loco y las escenas son hilarantes, con Don hecho un despojo humano y que cada día deja de llevar una prenda de ropa diferente, bebe y ve «Franklin y Bash» en la tele. También se incorporan al elenco en esta temporada Carrie-Anne Moss, como Greta Nelson, súper espía y antiguo amor apasionado de Luke, que se convierte en su gran némesis. Y también Guy Burnet como Theodore Chips, exespía renegado y muy bueno en su trabajo. En esta ocasión el enemigo es Dante Crees, una especia de fantasma del que nadie conoce la identidad ni ningún dato, pero que extiende sus garras por todo el mundo contratando sicarios, mercenarios y efectivos para anular al equipo de Luke, y ya de paso, acabar con el mundo tal y como lo conocemos.
Seamos sinceros, Arnold ya no salta ni se agacha como antes, pero tiene mérito verle casi todas las escenas haciendo verdaderos esfuerzos para no desmayarse. A veces la serie flaquea un poco en las peleas cuerpo a cuerpo, pero los fanes de «Fubar» ya saben lo que se van a encontrar. En cada episodio el equipo dará un paso más para conseguir su objetivo dejando enormes ganchos al final de cada capítulo para enganchar al espectador. Y ojo que lo consigue. Lo gracioso de «Fubar» es el concepto en sí mismo de una serie que no se deja tomar en serio porque a cada paso te desarma con una chorrada o una escena con muertes muy violentas, seguidas de chascarrillos de algún miembro del equipo, alguna salvajada, o Luke/Arnold hablando de guapos rubios y austríacos hombres.
La serie usa una fórmula estructural y de argumento que funciona. No sabemos si el abuelo, como le llaman en la serie, tiene más recorrido, pero desde luego nadie se cansaría de una temporada más llena de acción, humor, ironía, más humor y del negro y luchas internacionales de espías con visitas a países de todo el globo de regalo. Nick Santora («Reacher», «Prision Break»), al igual que Arnie, le tienen cogido el punto a los éxitos audiovisuales con ecuaciones que funcionan a varios niveles. «Fubar» es una serie más, pero enseguida se le coge cariño a esa inconsistencia de peleas de pareja o entre niños pequeños, salpicadas de alguna muerte repentina.
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