Entrevista

Leo Harlem: «Lo que menos gracia me hace es la ignorancia: la gente que es bruta adrede»

Presenta sus mejores chistes en dos galas especiales de Movistar Plus+ en Nochebuena y el próximo 31 de diciembre

Leo Harlem en una imagen de los especiales de Movistar Plus+
Leo Harlem en una imagen de los especiales de Movistar Plus+Movistar Plus+

Tras presentar en Movistar Plus+ el pasado 24 de diciembre «Esta noche es Leo», el humorista Leo Harlem se prepara ya para volver a la plataforma desde la Sala Florida Park de Madrid, el día 31 para despedir el año con una nueva actuación llena de chistes enfundado en su impecable esmoquin.

¿El humor tiene límites?

Para mí, los límites me los pongo yo. Intento hacer temas para no molestar, que ya es difícil, pero intento quitar muchas cosas. No es que me autocensure, sino que hay cosas que considero que no me aportan al show. Pero que el tema está complicado, porque no es cuestión del que lo dice, es cuestión del que lo recibe. Hay gente que se ofende por todo y hay gente que no se ofende por nada. Entonces nos obliga a un análisis previo nuestro para intentar llegar al máximo posible de gente y que no se sientan mal. Porque el humor básicamente para mí es que la gente se relaje y disfrute. Si generamos más tensión, pues estamos lejos del humor. Yo por lo menos lo veo así.

Hablamos de desgracias, enfermedades, política..

Política, sexo, hay muchas cosas. Intento hacer un humor que yo lo llamo sociológico, en el sentido de hablar de lo que se pone de moda, de cómo vamos cada vez más preparados, más en forma, la forma de comer, la forma de salir, la forma de relacionarse, los viajes... Hago temas de lo que yo voy viendo que está en candelero.

El estilo de Leo Harlem es reírse de nosotros mismos como especie.

Efectivamente. Es que para mí esa es la clave del humor. Cuando tú logras que la gente se ría de uno mismo, que somos todos muy tontos, pues es donde está una de las claves del humor. Tener capacidad de vernos con distancia, con humor, con simpatía y ver que todos cometemos errores y todos somos muy tontos. Entonces, a mí ese tipo de humor es el que realmente me gusta.

¿Cómo es su proceso? ¿cómo elige los temas?

En el caso de los especiales de Movistar es una especie de recuperación del chiste como formato humorístico, que estaba un poco abandonado, y hemos hecho dos formatos pequeños. Pero generalmente en los temas suelo escribir cosas de lo que voy viendo, entonces tomo notas, ahora menos porque escribo los temas y hay veces que voy metiendo cosas que se me van ocurriendo durante los directos. Pero mi trabajo siempre ha sido buscar un tema, por ejemplo, las actividades de outdoor, que la gente hace mucho deporte de este al límite, pues qué deportes se practican, cómo se hacen, cuáles son los inconvenientes. Y ahí es donde pongo el tema. Pero sí que muchas veces era tomar notas. Ahora simplemente pues es dentro de los temas que tengo, pues voy buscando nuevas ideas, alguna cosa que he contado en directo, que he improvisado y que ha funcionado muy bien, la incorporo, otras a lo mejor las voy quitando. No están cerrados, en ese sentido están vivos.

Una vez preparados, ¿los prueba?

Depende, pero generalmente no. Cuando he hecho los monólogos, los estreno por el público, porque al final en todos los espectáculos, el que es soberano, el que es el que auténticamente manda, es el público. Si al público le gustas, te sigue y se queda contigo, y si no le gustas, pues te va dejando. Es como la ley de la oferta y la demanda. En ese sentido he sido un poco osado, y muchas veces ni los he testado, pero me han ido funcionando bien. Hay veces que tú a lo mejor en frío escribes algo que crees que va a ser buenísimo y a la gente le hace menos gracia que otra cosa más sencilla.

De todos los trabajos que ha tenido, ¿es el de camarero el que más le ha acercado al humor?

Sí, porque el trabajo de camarero es un tema de relación. Aparte que en el bar donde yo trabajaba no es de llegar y pirarte. Tenemos clientes muy habituales, gente muy fija. Entonces era un sitio de reunión de muchos años y se charlaba mucho con la gente. Ahí aprendes a desarrollar un tipo de comunicación también divertida. También hay momentos malos, viene gente que está fastidiada, pero creo que es un ámbito que da un potencial de relación extraordinario. Estar de cara al público ayuda mucho en ese sentido. Y para mí ha sido como una especie de pista de entrenamiento para el humor.

¿Cuántas cosas de las que hace sorna, realmente no le gustan?

Soy muy aficionado al ciclismo, por ejemplo, y hago una crítica del ciclismo, de la ropa, que es la vestimenta, que es toda fluorescente y todo eso. Para que veas que entiendo la seguridad, pero es fea. Incluso hay países que digo que he estado y no he estado, y en otros he estado más veces, y en otros que he estado no digo nada. Es una ficción. A mí me pasan cosas muy curiosas porque cuando haces películas, por ejemplo, me toca hacer personajes que son duros, que son recalcitrantes, y viene gente y me dice «pero es que tú en la película dices...» Y hay gente que le digo «pero, ¿tú entiendes que Supermán no vuela, que John Wayne no vivió en el far west y que Spiderman no se sube por los edificios»? Porque es ficción. Entonces, en ese sentido, la ficción la utilizo para contar cosas de sentido común. Pero hay cosas de las que hablo que me encantan. Pasear por monte me gusta, me gusta el ciclismo. Y también me gustan algunos restaurantes de Estrella Michelin muy buenos. Intento ir a lo más general, que es donde la gente más identifica y donde más gente se lo pasa bien. Para mí lo mejor es que tú vas a un teatro y haya 700 personas y las 700 se rían y se lo pasan bien y tienen una gran ovación al final. Lo que no puedo hacer es buscar que se rían tres o se rían cinco o machacar a uno, por eso no me gusta. Pero hay muchas cosas de las que critico así con sorna, como tú bien dices, en las que participo. Y también he hecho esas tontadas que hemos hecho todos.

Me imagino que la primera vez que te propusieron hacer una película porque te engañó algún amiguete, pero, ¿qué es lo que te llama la atención del cine?

Lo que asombra del cine es la cantidad de gente que trabaja. Porque tú puedes montar una obra de teatro con muy poca gente, incluso con un actor, un director de escena, o con vestuario o sin vestuario, pero siempre he dicho que el cine no tenía que ir por el ministerio de Cultura, tenía que ir por el de Industria, porque antes de que una persona se ponga delante de una cámara, todo el proceso que ha habido de derechos de adaptación, de buscar las horarios, de generar los contratos, eso implica una cantidad de gente tan brutal. Luego la gente cuando ve un rodaje dice yo no sabía que esto era así. Pues claro que es así. Y fíjate que hablamos de producciones no muy complejas, pero el cine a mí lo que me deja loco es la cantidad de gente que trabaja. Es una cosa impresionante.

En las fechas estamos más acostumbrados quizá a espectáculos musicales, a ver una película para quitarnos de movidas y ver las uvas, y sin embargo este año te has puesto «elefante», y pretendes que nos atragantemos, ¿no?

No, hombre, no. Lo que quiero es que la gente se ría y se lo van a pasar bien, porque hemos seleccionado unos chistes que van a funcionar muy bien y que van a gustar mucho y lo que queremos es que durante media hora la gente pues esté entretenida, se ría y disfrute. Habrá gente que le guste mucho, habrá gente que le guste poco, habrá gente que no le guste nada, pero ahí está la unidad. Si es que el ser humano es así. Y al final el público es el que va a decir si gusta o no gusta, pero nosotros estamos muy contentos y hemos trabajado para que quede lo mejor posible, así que a disfrutarlo. Pero vamos, mi intención no es que se atragante nadie. Bastante lío tenemos ya con los cuartos, las medias, las enteras, lo que cuesta comer las 12 uvas. Yo las cojo pequeñitas porque si no se me atragantan.

En el tema de ser famoso, ¿una de las mayores satisfacciones es poder hacer labores sociales?

Por supuesto. Creo que ese es el gran valor de la notoriedad pública, porque al final tienes una repercusión y puedes colaborar con asociaciones, con grupos de gente, que gracias a esa visibilidad tienen ellos más visibilidad, porque cuando presentas algo o aportas algo en un evento hay más resonancia. Eso para mí es el gran valor de la popularidad.

¿Se viene "Mentes peligrosas"?

Bueno, tenemos «Mentes peligrosas» durante el próximo año, tenemos ahí bastante lío y es una reunión de cómicos, de amigos y está funcionando muy bien y estamos yendo por ahí equipos en grupos distintos, pero bueno, la verdad que está muy bien. Yo estoy muy contento de colaborar en el proyecto, me trata muy bien, disfrutamos mucho y luego también es lo mismo ir uno solo que ir cuatro personas con cenas y la comida y todo es distinta.

¿Qué es lo que menos gracia le hace de la vida?

Quizás sea la ignorancia; cuando la gente es bruta adrede, de «sostenella y no enmendalla». Eso me causa un poquito de tristeza. Y luego, a mí ahora personalmente me entristece bastante todo el tema de los chavales con los móviles. Me parece que es una cosa que hay que meter de mano de alguna manera porque están viviendo un momento complicado, porque ser adolescente ahora, ser chaval es complicadísimo y todo este tema de la vida pegada al móvil es contraproducente en determinados años. Luego con los años se lleva de otra manera, pero ahora mismo creo que estamos viviendo una situación que me parece para estar por lo menos bastante alerta.