Toros
Díaz Ayuso visita a Gonzalo Caballero
La Presidenta de la Comunidad de Madrid ha acudido hoy al Hospital San Francisco de Asís, junto a Miguel Abellán, para preocuparse por el estado del diestro madrileño que lleva hospitalizado 17 días
18 días de recuperación lleva superados ya Gonzalo Caballero, torero madrileño por el que la afición taurina lleva preocupada desde aquel Día de la Hispanidad en el que vivía un nuevo capítulo de su desafortunado paso por Las Ventas. Esta vez fue la Presidenta de la Comunidad de Madrid Díaz Ayuso quien, acompañada por el Gerente del Centro de Asuntos Taurinos, Miguel Abellán, visitó al matador de Torrejón que sufría una gravísima cornada que le ha mantenido durante trece días en la UCI. Díaz Ayuso quiso aprovechar su visita al Hospital San Francisco de Asís para desearle una pronta recuperación y trasladarle el apoyo del Gobierno Regional.
El matador de 27 años nacido en Torrejón de Ardoz (Madrid) abandonaba este viernes la UCI al «experimentar una mejoría progresiva, no presentar fiebre ni signos de infección, alimentarse ya con normalidad e iniciar la movilización de la zona afectada». Así, Gonzalo Caballero dejaba atrás trece largos días de incertidumbres y nerviosismo por un percance que la extrema gravedad del banderillero Mariano de la Viña parecía reducir la importancia de sus lesiones. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque Máximo García Padrós pudo estabilizar pronto a Gonzalo para enviarlo al hospital, éste tuvo que ser intervenido de nuevo en dicho complejo al detectar una trombosis que estaba comprometiendo el riego en la pierna dañada. Precisamente Gonzalo Caballero brindaba el toro que le mandó a la enfermería a este galeno, que lleva a cargo de ella durante las últimas cuatro décadas. Un brindis al que el cirujano respondió advirtiéndole que esta vez quería verle salir por la puerta de enfrente (la Puerta Grande). Pero el destino es caprichoso, y más el de un joven torero.
Gonzalo Caballero acumula tres feas cogidas en sus últimas tres visitas a la Monumental. Un duro camino que sin embargo, no pudo empezar más dulce, cuando de novillero se consolidó allí como uno de los espadas más prometedores de su escalafón.
El torero, volvía el pasado 12 de octubre a Las Ventas con la misma actitud de siempre, a matar o morir. Con esa decisión se dispuso a ejecutar la suerte suprema, momento en el que el toro le enganchó a la altura de la ingle manteniéndole colgado durante varios segundos y dejándole una extensísima cornada de dos trayectorias, de 25 y 30 cm. que le seccionó la femoral haciéndole perder varios litros de sangre.
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