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Antonio Miura: «Hay un Lamborghini Miura porque los toros interesan»

Antonio Miura: «Hay un Lamborghini Miura porque los toros interesan»
Antonio Miura: «Hay un Lamborghini Miura porque los toros interesan»larazon

Antonio Miura simboliza, junto a su hermano Eduardo, el penúltimo eslabón de una leyenda con más de 170 años de historia. De generación en generación, desde que en 1842 su tatarabuelo comprara reses de origen Cabrera. El año 2013 acaba de refrendar los buenos indicios de un esperanzador 2012. La divisa de la «A» con asas arrasó en los premios de la pasada Feria de Abril y volvió a destacar en Francia. Méritos de sobra para regresar años después a la Feria de San Isidro en un 2014 en el que sus toros también cruzarán el charco a finales de enero para ser lidiados en la de San Cristóbal en Venezuela.

-Enhorabuena: Miura, por muchos motivos, vuelve a estar de moda.

-Gracias. Hemos superado una etapa más oscura encadenando dos temporadas muy buenas. Francia nos puso en el camino con la encerrona de Javier Castaño en Nimes y otro toro de vuelta al ruedo en Arles. Este año repetimos con nota allí, y se sumaron más triunfos. De nuevo, vuelve a haber una demanda importante por nuestros toros... ¡Hasta en América! En sitios que no solemos lidiar, y es la mejor señal de que las cosas se hacen bien.

-¿A qué se debe la mejoría?

-No hay respuesta, porque no hubo grandes cambios. La única novedad es el lugar donde saltaron los toros importantes. Por ejemplo, este año en Sevilla, una de las plazas que más repercusión tienen. El triunfo de ese día fue sonado y la rotunda trascendencia que ha tenido corrobora los premios y el interés que ahora llegan.

-¿Tan simple como las leyes de la oferta y la demanda?

-No. Ojalá fuera tan fácil. En el campo, dos más dos a menudo no son cuatro. Ya puedes estar en cada tentadero apuntando mil detalles y pegarle luego en casa otras 300 vueltas al libro, comiéndote la cabeza, que como el toro diga que no, es que no. Es el que pone en su sitio a cada hierro y le influyen mil y un condicionantes: por mucha bravura que tenga su reata, como el que sale de chiqueros no tenga ganas de embestir... no hay nada que hacer.

-Pues en La Maestranza quisieron embestir los seis.

-Sí, hasta el que se partió el pitón, cuando lo llamaron para volver a corrales se arrancó de 20 metros con una nobleza... Fue una gran corrida de toros desde toriles hasta el arrastre.

-Y encima, en Sevilla, ¿lo soñado?

-Sevilla es todo para mi familia. El lugar donde nacimos, vivimos y tenemos nuestra casa y a los amigos. Siempre queremos apretar aquí para devolver a la afición y a nuestra gente el cariño que nos dedican. Llevábamos corriditas buenas y algún toro suelto notable, pero faltaba esa rotundidad que, por fin, esta primavera hicimos disfrutar a los que tanto nos apoyan.

-¿Ese «Datilero» de vuelta al ruedo es el toro con el que sueña todo ganadero?

-Aunque uno siempre quiere más, ojalá nos salgan muchas veces toros como él. Ese animal fue muy noble, propició una gran lidia y llegó mucho al tendido por su duración, pero en ese encierro también hubo otros más en bravo, más en la línea de lo que buscamos en casa, de altísima nota.

-¿Les queda la espinita de que no pudiera hacer el paseíllo una figura como El Juli?

-Todos los que se ponen delante de estos toros tienen el máximo respeto por nuestra parte, porque no son sencillos. Indudablemente, El Juli le hubiera aportado todavía más repercusión por su condición de figurón del toreo.

-Entonces, ¿volverán a cruzarse los nombres de Miura y El Juli?

-Fue una lástima la cogida, pero nosotros volvemos este año a la Feria de Abril, ahí va a estar nuestra corrida a disposición del que quiera lidiarla...

-Y también otra en Madrid, ¿no?

-Por supuesto, para nosotros no hay más satisfacción que ver al torero que mata nuestras reses con las dos orejas en la mano, se llame como se llame, porque implica también nuestro triunfo. Aún tiene que venir la empresa a Zahariche a ver los toros, pero, salvo imprevistos, Miura volverá en 2014 a Las Ventas.

-¿Qué corrida tienen preparada?

-No apartamos nunca los toros, permanecen juntos hasta unos días antes de embarcarlos, pero hay en la dehesa para hacer una corrida muy del gusto de Madrid: seria, con hechuras y de varios pelajes. Nos gusta llevar encierros abiertos de pinta y de sementales.

-Madrid es un Everest...

-Es el Everest. Pero le digo una cosa: incluso cuando las cosas no han salido, Madrid se ha portado bien con la familia Miura. Nos han pitado, pero nos han respetado siempre.

-Encarna, con su hermano, la quinta generación de la saga. ¿Pesa más la responsabilidad que alguno de sus mastodónticos toros?

-Tela... Ves carteles en la finca de los años 40 y 50 y, en casi todos, la única ganadería que sigue lidiando es Miura. Ése es mi mayor miedo: pensar que no vas a ser capaz de ceder el testigo a los que vienen como hicieron los anteriores en su día, que la ganadería va a terminar su leyenda en nosotros y que pasaremos a la posteridad como los que apagaron la llama. Es un orgullo ser de los pocos hierros que lleva más de cien años dando la cara en las grandes ferias, aunque también la presión es enorme.

-Además, relevo generacional tienen.

-Sí, mi sobrino. Otro Eduardo, como su padre. Es aficionado y vive en el campo con nosotros las faenas de cada día. Está llamado a ser el nuevo eslabón.

-Habla de leyenda, de mito. Miura hace décadas que trascendió el perfil de ganadería de bravo.

-Pero todo empezó en el toro, por eso Miura debe mantener su personalidad. Adecuarse a los tiempos, por supuesto, pero con las señas de identidad que la han llevado a ocupar su cuota de mercado incluso fuera del toro. Las desgracias, como las muertes de Espartero o Manolete, lamentablemente también han contribuido a aumentar esta fama.

-Coches, licores... hasta arroces han lucido su apellido.

-Fue algo curioso que le ofreció la casa Lamborghini a mi abuelo y, poco a poco, fueron apareciendo los modelos Miura, Islero o Murciélago, en honor al semental más importante de Zahariche. Luego llegaron otros productos; es la mejor demostración de que Miura y los toros, en general, suenan e interesan, que tienen tirón.