Valencia

Cara, cruz... y canto

Juan del Álamo salió por la puerta grande y Joselito Adame en camilla con una cornada grave en el muslo izquierdo

El salmantino Juán del Álamo sale a hombros del coso de Xátiva
El salmantino Juán del Álamo sale a hombros del coso de Xátivalarazon

Valencia, 15 de marzo. Quinta de feria. Se lidiaron cuatro toros de Zalduendo y dos, cuarto y sexto, este corrido como sobrero, de El Ventorrillo, desiguales de presencia y juego, el tercero fue el de mejor son. Un tercio de entrada.

Iván Fandiño (de rosa y oro), entera y descabello, ovación con aviso; tres pinchazos y descabello, silencio; pinchazo y estocada, silencio.

Joselito Adame (de negro y oro), entera y cuatro descabellos, ovación tras aviso.

Juan del Álamo (de marino y oro), entera, oreja; entera, oreja.

No fue el argumento de la quinta función de la feria fallera ni lineal ni plano. Al contrario. La tarde dio para mucho y hubo de todo, Bueno, regular y malo y al final la suerte se repartió de manera desigual entre los protagonistas. Hubo cara para Juan del Álamo, que salió a hombros dejando una muy grata impresión, debiendo servir su triunfo para que, en temporada de renovación y oportunidades, su nombre sea más tenido en cuenta. La cruz fue para Joselito Adame, que fue cogido tonta y feamente por su primero cuando esperaba para descabellar y sufrió una cornada grave. Y, para dar más variedad –que no emoción, desgraciadamente– en el caso de Iván Fandiño, la moneda cayó... de canto, yéndose de Valencia entre la indiferencia de un público tan amable que ni le pitó y con la sensación de fracaso.

Se peleó bravamente Juan del Álamo con su primero, que se le coló ya de salida al recibirle de capa. Hizo luego amagos de rajarse y buscó las tablas, pero supo fijarle en los medios, donde le fue sacando, a fuerza de garra y ganas, todo lo que tuvo, limando asperezas y dejándole convencido en el tramo final de un trasteo vibrante y a más que coronó con una estocada contraria que le valió ya la primera oreja.

Y garra y ganas volvió a derrochar con el quinto, toro muy protestado de salida por cojo pero que aguantó bien en el último tercio, dejando el salmantino otra labor de mucho mérito, entusiasta y valiente, poderosa, empeñándose en lucir al natural pese a que por el pitón izquierdo el astado se frenaba y recortaba el viaje. Por el derecho, a media altura, repitió y tuvo buen son, permitiéndole a su matador abrir la puerta grande pese a que la espada también quedó algo desprendida.

Tuvo mala suerte Adame, que se vio sorprendido por su primero cuando aguardaba a que le trajesen el verduguillo para rematar una faena firme y decidida, de tono netamente derechista, que no quiso alargar innecesariamente cuando al toro se le acabó la gasolina. Y en esas estaba cuando el animal se le arrancó por sorpresa y le prendió por la pantorrilla izquierda, dándole una voltereta y corneándole de mala manera. Aún tuvo arrestos para acabar con el toro, pero el mexicano ya no pudo continuar la lidia.

Salió muy dispuesto Fandiño, recibiendo rodilla en tierra a su gordo primero, cómodo y noble, muy a modo. Le cuidó mucho en varas, llegando a la muleta pastueño y bonancible, sin un mal gesto y sin oponer especiales ni grandes complicaciones al torero vasco, que, no obstante, no acabó de entenderse con él ni de cogerle el aire en una faena larga y tediosa en la que sólo una tanda al natural tuvo importancia. Con el cuarto se perdió en probaturas en una labor tan gris y oscura como la tarde, sin verlo claro en ningún momento y matando tarde y mal.

Debido al percance de Joselito Adame tuvo que hacerse cargo del sexto, que fue devuelto al lesionarse una pata tras desarmarle. No tuvo el sobrero, también de el Ventorrillo, ni fuerza ni clase, empujando en el peto con un solo pitón y esperando en banderillas, sin que, en el último tercio, ni toro ni torero mostrasen interés alguno por la pelea y si Juan del Álamo abandonó la plaza en triunfo y Adame salió por la de la enfermería, él se fue sin que nadie le echase cuentas.

Adame, herido

El mexicano, según afirmó el cirujano jefe de la plaza de toros de Valencia, Cristóbal Zaragoza, a los micrófonos de Movistar Plus, «tiene una cornada en la cara anterior y distal del muslo izquierdo, que diseca toda la cara anterior, perforado la aponeurosis y lesiona el recto anterior. Tendrá que llevar un mínimo de dos o tres semanas una férula posterior de yeso que le han puesto. El paciente está perfectamente bien y ahora esperamos tenerle ingresado dos o tres días para comprobar que la evolución es satisfactoria y buena. El riesgo fundamental está en la infección que pueda surgir producida por la lesión, que tenemos que vigilar».