Toros
Diego Urdiales: «El respeto del público es mi mayor preocupación»
El riojano habla para LA RAZÓN 24 horas antes de su último compromiso en este San Isidro
El riojano habla para LA RAZÓN 24 horas antes de su último compromiso en este San Isidro
En su decimosexta temporada –año 2015–, Diego Urdiales encontró el éxito abrumador, la bonanza del toreo, el sentido de esta profesión. El de Arnedo cosechó el triunfo absoluto en una plaza de pocos. Consiguió abrir la puerta grande de Bilbao. Bordó una faena de las que pasan a los anales de la tauromaquia automáticamente y que el aficionado recuerda con el tiempo. Urdiales se encontró consigo mismo, con su afición y con su toreo. Firmó una faena que supuso un punto de inflexión en su trayectoria. Los teléfonos empezaron a sonar, aquí y fuera de nuestras fronteras. Está bien mirar atrás, recordar el pasado, pero también hay que tener los pies sobre la tierra, vivir el presente y eso es lo que a Diego le preocupa ahora. Mañana regresa por segunda vez a Las Ventas, capital del toreo, tras una tarde la semana pasada con pocos matices que destacar. Diego Urdiales tiene la última baza en este San Isidro de ratificar ante Madrid, que lo que ocurrió en Bilbao no fue casualidad, que dentro de su persona se encuentra ese torero puro, serio, con temple y verdad. Urdiales habla con LA RAZÓN a pocas horas de su compromiso.
-El pasado miércoles se vistió de luces aquí en Madrid. ¿Cómo se sintió?
–Hubo momentos muy buenos con el primer toro. Fue una tarde complicada, difícil. Las circunstancias muchas veces en Madrid se ponen así, te dan la espalda. Me quedo con los momentos buenos, creo que los hubo, aunque obviamente no son los que uno quiere.
-¿Momentos más para uno mismo que para la afición?
-Así es. La afición lo que quiere es que uno triunfe y que todo salga redondo. Son muchas las circunstancias que hacen que las cosas no salgan como uno quiere.
-Es un torero que ha sabido convencer a la afición de Madrid. ¿Le pesa la responsabilidad?
- Es un orgullo que la gente tenga ganas de verme torear y también es una satisfacción sentir que tu toreo cala de una manera especial. Es una responsabilidad muy grande, y más, cuando las cosas van yendo bien, uno triunfa y se va colocando en un sitio cada vez mas importante. La responsabilidad y la exigencia es cada vez mayor.
-¿Qué es lo que más le preocupa ante una tarde como la de mañana en Madrid?
– Lo que más me preocupa sin lugar a dudas es el respeto del público. Eso es lo que me hace ser el torero que quiero ser. Más allá, el viento también me preocupa. Un inconveniente muy grande que nos complica mucho la vida a los toreros.
-Una semana después vuelve al coso venteño, ¿siente mayor peso que en su anterior compromiso?
– No. Creo que los nervios no son buenos para nada. Soy consciente de la responsabilidad que implica estar en Madrid y vivir una tarde tan importante. No es una preparación de hoy para mañana, esto conlleva mucho tiempo, tanto mental como físicamente.
–De cara a estos dos compromisos, ¿cómo ha sido su preparación?
- Igual que siempre, aunque quizá, este año ha variado un poquito. He toreado más en América que en otras temporadas y por lo tanto no me he preparado tanto en el campo como en años anteriores. Mentalmente he intentado ahondar en mi toreo, que realmente es lo que me preocupa. Buscar un toreo cada vez mejor. Esto conlleva unos riesgos que soy plenamente consciente de asumirlos.
-Durante estos cinco días, ¿se ha detenido a pensar, a analizar las faenas y a reconocer los errores que pudo tener la pasada tarde?
– Uno siempre piensa las cosas; es lógico. Pero bueno, lo hecho, hecho está. En el toreo, unos días las cosas salen y otros días no, por eso es tan bonito y tan grandioso. No es una carrera matemática; es una cuestión de sensaciones, de sentimientos y muchas veces uno no puede elegir el estado anímico en el que quiere estar.
– Tras el comportamiento adverso de los toros de Alcurrucén del pasado viernes, ¿le preocupa la situación respecto a la ganadería?
–Mañana es otra corrida y hay otros seis toros. No se sabe nunca donde está el toro que te va a permitir sentir el toreo y expresarte. Cada animal y cada tarde es diferente. Uno nunca pierde la esperanza. El toreo es difícil también por esta cuestión.
– ¿Confía en que salga otro «Favorito» (toro de Alcurrucén al que Diego Urdiales le cortó las dos orejas en Bilbao)?
- Uno quiere y siempre piensa que puede saltar un toro importante, pero bueno, no hay que ir con nada preconcebido. Cada toro es diferente y tiene sus matices. Hay que ir sobre la marcha; no es cuestión de comparar.
–¿Sigue siendo fiel a su concepto del toreo? ¿Cómo ha evolucionado?
– Soy fiel a mi concepto totalmente. No quiero cambiar. Yo intento evolucionar cada día pero en base a como yo entiendo que es y debe ser el toreo. Porque como en la vida y en cualquier profesión, el que cree que lo sabe todo, está totalmente equivocado. Cada día se pueden aprender cosas nuevas y mejorar otras, pero siempre dentro de lo que uno siente. Si yo cambiase y realizase un toreo que no siento, sería traicionarme a mí mismo; una puñalada que llevaría dentro y no me haría sentir feliz.
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