Feria de Abril

La suerte no es sólo para los toreros

José María Manzanares cortó dos orejas en su primer toro de la tarde de la novena corrida de abono de la Plaza de la Maestranza de Sevilla
José María Manzanares cortó dos orejas en su primer toro de la tarde de la novena corrida de abono de la Plaza de la Maestranza de Sevillalarazon

La plaza estaba ayer bajo el efecto mareante del indulto. En los bares, en los tendidos, en los corrillos se hablaba de las embestidas profundas y nobles de «Orgullito» y de la actitud de mariscal del toreo de Julián López El Juli que celebró con efeméride sus veinte años de alternativa. La onda expansiva duró, vaya si duraba ayer. Y durará como un hierro incandescente que no se enfría en la memoria. El triunfo llamó al triunfo. Sobre las pisadas de «Orgullito» siguió otro toro bravo, noble, una máquina insaciable de embestir que fue de menos a más y que si no tuvo el premio del arrastre solemne de la vuelta al ruedo fue porque en el palco había un aficionado sospechoso llamado Gabriel Fernández Rey. «Encendido» de Núñez del Cuvillo ya salió con el tranco armónico y acompasado de los toros de clase. Manzanares le empató con una faena en la que brillaron los cambios de mano y bajó el toreo fundamental. Uno de ellos hilvanado con un natural eterno. Era de dos y le cortó dos después de una muerte que en bronce la hubiera firmado Benlliure. Otra cosa distinta fue lo que ocurrió en el primero de Talavante: toro de dos; faena de una. Y otra cosa fue lo del quinto en el que Manzanares subió el pie del acelerador para dejarse llevar ante otro gran toro. Castella, por su parte, tuvo la habilidad de aburrir a sus dos toros que quedaron en estado narcoléptico después de mil y un muletazos. La corrida de Núñez del Cuvillo ha sido la mejor de lo que llevamos de feria: en el fondo y en la forma. Seis toros exquisita y guapamente presentados. Loor a «Encendido», a «Asturiano», a «Gavilán». La suerte no es sólo para los toreros...